Click here to switch to English

Ismael Esteban, brea para rato

Para todos los amantes del ciclocrós español, Ismael Esteban es todo un referente que no pasa desapercibido en las carreras con sus 4 campeonatos de España de ciclocrós (2 sub23 y 2 élite). Originario y residente en Torrelavega, el cántabro es un corredor habituado a subirse al podio. Esta temporada ha conseguido la victoria absoluta de la Copa de España, múltiples victorias a nivel nacional, y actuaciones no discretas en varias copas del mundo.

Actualmente Ismael corre como profesional en el equipo Aldro y hemos podido verlo en las grandes citas del calendario nacional, a su vez, y con la intención de potenciar las marcas españolas, colabora directamente con firmas como Rotor, BH o Arrueda, desarrollando, por ejemplo, productos como un sistema de transmisión hidráulico monoplato de 13 velocidades con el que compite. Ismael compatibiliza su temporada de ciclocross con la de XC a nivel profesional el resto del año, siempre luchando en los primeros puestos. Cuando ‘descansa’, como hobby, podemos encontrarlo disputando carreras de enduro en el norte de España.

Cuéntanos un poco, ¿cómo empieza tu historia con la bicicleta?

“Cuando tenía 10 años empecé con el bike trial, primero con los amigos y luego compitiendo. Aprovechando que tenía licencia un día fui a una carrera de MTB y gané. Nunca había probado esa disciplina y la bici eran cuatro hierros soldados por mi padre, ¡imagínate! A partir de ahí empecé a competir en MTB, donde estuve con Orbea o Carlos Coloma. El trial no lo dejé, aunque ya no competía, y no he parado hasta hace 3 años, cuando me rompí la espalda. Cuando era sub23 me pasé a carretera. Nunca había corrido, me soltaron en la subida a Gorla, y pensé: ‘como en MTB, pero más largo’. Hice segundo. Estuve 5 años, pero me cansé del tema y dejé de correr. Para aquel entonces empecé a trabajar en una tienda de bicis, Bf Bikes, donde he estado 8 años.”

Y en todo esto, ¿dónde aparece el ciclocrós?

“En ciclocrós empecé ya siendo juvenil, lo combinaba con el MTB, pero en plan entrenamiento. Luego seguí haciendo para combinarlo con carretera. Cuando estaba trabajando competía en MTB aquí cerca de casa y me fui ‘picando’, hasta que hace 5 años volví al ciclocrós de Elorrio. Casi me doblan, y a mí… no me dobla nadie. Hace 3 años que he vuelto profesionalmente. Primero estuve con el Delikia, donde le podía echar una mano a Felipe Orts; par entonces estaba haciendo 15º en el mundial. A parte de correr, me encargaba de llevar el equipo y aconsejarles, ya que la Fundación no había visto casi nunca una cubierta de barro. Al año siguiente el equipo creció y tenía más responsabilidades. Esta temporada pudimos montar el equipo con Aldro y estoy encantado, he vuelto a ser libre.”

En los últimos años has sido uno de los representantes españoles de ciclocrós a nivel internacional, ¿Cómo ves el nivel de España? ¿Crees que puede volver la Copa del Mundo?

“No sólo es Felipe el  que va a más, hay que ver a los demás: Kevin, Feijó, Murias… Para el ranking mundial de la UCI puntúan los 3 mejores de cada país, y ahora mismo estamos terceros (después de Bélgica y Holanda), eso dice mucho. Algunos dirán que en España compiten pocos internacionales, pero los que compiten no son cojos. Ha estado David Menut o Dieter Vanthourenhout, top 20 en copa del mundo, estos caminan.

Y un circuito… Mientras no cambie el formato, el que más papeletas puede tener es Elorrio, por el estilo de circuito y el ambiente que se respira. Además, es el organizador que más ilusionado está, ellos organizan la carrera pensando en seguir creciendo.”

¿Qué metas te planteas para final de temporada?

“A finales de diciembre participé en algunas carreras de Copa del Mundo, Namur y Zolder (Bélgica), pero sufrí una caida y me dejó un poco magullado. Luego tocó recuperarse y me preparé para correr el campeonato de España, aunque me encontré muy bien tuve bastantes problemas mecánicos. Ahora haré las últimas copas del mundo para preparar el Campeonato del Mundo. Tampoco me importa perderme carreras de la copa del mundo, ya que no estoy para la general. Prefiero llegar bien al mundial y hacer un buen papel.”

También compites en MTB, ¿priorizas una disciplina enfrente la otra?

“Las dos son totalmente compatibles. Por ejemplo, Jofre Cullell compite principalmente en MTB, pero también le hemos visto en CX. Aún y así, este año en ciclocrós he empezado bastante relajado, ya pensando más en la temporada 2020 de MTB ya que este año tengo opciones de ir a las Olimpiadas. Necesito coger una cierta cantidad de puntos UCI para optar a la clasificación, que se basa en el campeonato de Europa y en la copa del mundo. Pero, sin querer, me están saliendo buenas carreras de ciclocrós, no me puedo quejar.”

Cada maestrillo, tiene su librillo, ¿cómo te preparas una carrera?

“Pues el día de la carrera intento levantarme con el tiempo justo. Desayuno 4 horas antes de la carrera, organizo el tema de tubulares con los mecánicos y voy a ver el circuito. Una o dos vueltas, dependiendo de si hay mucho barro. Luego toca decidir presiones, cubiertas… Me relajo un poco y pongo el dorsal. 50 minutos antes me visto y empiezo a calentar, de menos a más. Cuando faltan 15 minutos me pongo el buzo y me preparo para el silbato.

Manías… tengo muchas, algo que un día me funcionó y lo repito. Por ejemplo, antes de calentar, doy una vuelta alrededor de la carpa con la bici que voy a correr, luego la cuelgo, y me subo al rodillo. No sirve para nada, pero lo hago, es una manía que tengo.

Así en general, tengo el mismo entrenador de cuando era juvenil, Mikel Zabala. Fue a la primera persona a la que me dirigí cuando decidí dedicarme a esto. Y la verdad, no lo cambiaría por nada. Y tema alimentación, pues como dentro de la lógica. Por ejemplo, una palmera sé que no me voy a comer. Como limpio y sano, legumbres, verdura, carne, pescado… Un poco de todo. También tengo suerte, soy de coger poco peso, cuidándome un poquitín tengo bastante.”

El ciclocrós es una disciplina especial, ¿qué representa para ti?

“Lo que disfruto es ir con amigos (los mecánicos). El viernes madrugamos y vamos hacia el circuito. Cada fin de semana montamos una excursión. A parte de correr y ganar, el aliciente es acabar la carrera, ir a comer por ahí y echarnos unas risas. Te llevas bien con todo el mundo… Es un ambiente más relajado que el de carretera o MTB. Por ejemplo, en las carreras estamos ahí con Felipe, luego llega la hora de ponerse el dorsal nos damos dos hostias.., pero después de la competición ‘jajas’. O con Kevin, con quien entreno entre semana y tomamos un café, lo mismo. Llega la carrera, nos peleamos, y ya.”

Una carrera en especial que te haya marcado, que recuerdes con cariño.

“Mi victoria más importante fue el campeonato de España en Legazpi, hace dos años. Hacia 6 meses había tenido un accidente y me rompí dos vértebras, estuve en silla de ruedas. Durante la temporada tuve que hacer todo el trabajo que no había hecho en verano y dedicar muchas horas. Por ejemplo, Felipe entrenaba hora y media y yo cuatro. Llegaba a las carreras de Copa del Mundo cansado. Sabes que eres bueno y vas rápido, pero no rindes. Eso fue duro. Yo decía que tenía un as en la manga, pero la gente no me creía. Antes de los campeonatos de España descansé, y me salió bien la jugada. Pasé un mal año entre la lesión y el entrenar, muchos sacrificios, pero al final el esfuerzo tuvo su recompensa.”

Cuéntanos alguna anécdota.

“Pues la única cosa que me da miedo del ciclocrós es saltar los tablones a toda velocidad. Cuando es de parado le das primero con la rueda de delante y luego con la de atrás, mientras que a toda velocidad, si la bici falla… te das un golpe bueno. Hace tres años en la Copa del Mundo de Fiuggi (Italia), íbamos Van der Haar y yo luchando. No están acostumbrados (los belgas y holandeses) a que un español les meta la rueda, no les gusta y se quejan. Estuvimos toda la vuelta pegándonos, él gritándome porque le metía un interior y, al final, llegamos a la zona de los tablones. Había un barrizal tremendo y el único que los pasaba montado era yo. Ahí le dejé. La gente se quedó mirando con cara de ‘¿de dónde ha salido este?’.”

Eres de Cantabria, ¿nos recomiendas visitarlo desde el punto de vista cicloturista?

“En Cantabria todo es turístico, pero no es el típico Benidorm que piensan los guiris, aquí la montaña es auténtica. Para bici de carretera recomendaría que se subiera al Collado de Asón, un sitio de valles, bosque, riachuelos, montañas, para mi súper especial. Y para el que venga en MTB, la costa Quebrada entre Santander y Liencres es muy chula. Es una zona que he andado muchísimo, incluso con la bici de ciclocrós, aunque es bastante técnica.”

Dos cosas que te identifican: ‘Dale Brea’ y Bolo.

“Eso es algo que he dicho toda la vida. Salió con los amigos, se quedó ahí y se ha quedado como una marca de identidad. Vas por carrera y todo el mundo ‘¡Dale brea, dale brea!’ Eso mola, te sube el ánimo y es un orgullo.

Bolo es mi perro carlino (pug), ha ido con nosotros a todos lados, lo llevo en la caravana, a Bélgica, a las carreras… Aún y así, la gente que me ha llegado a preguntar si el perro es de Felipe. El perro es mío, pero a este le gusta mucho echarse fotos. Lo usa para ligar. ‘Jajaja’.”

Fotos de: Brazo de Hierro

Deja un comentario