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2VS: rodando entre volcanes

En un año en el que se han cancelado algunas de las pruebas de autosuficiencia más conocidas, aquellas que han podido seguir adelante a pesar de las circunstancias han sido el foco la atención de todo ciclista de ultra distancia deseoso de poner a prueba su forma física. La Two Volcano Sprint (2VS) también nos cautivó a nosotros después de echar un vistazo a la ruta que tendrían que afrontar los participantes y el increíble paisaje que encontrarían.

Lidiando con la incertidumbre

En lugar de descartar la posibilidad de realizar el evento este 2020, los organizadores de la 2VS lucharon duro para hacerlo posible. No solo eso, sino que decidieron que todos los ingresos generados se utilizarían para abastecer a las familias que el gobierno italiano no puede ayudar durante la crisis de la COVID-19.
Juliana Bühring tenía el objetivo de ayudar a las personas que más lo necesitaban, y también quiso ofrecer a los ciclistas ultrafondistas la oportunidad de olvidarse de la situación actual durante unos días y divertirse montando en bicicleta. No sabían hasta la semana previa al evento si lo podrían llevar a cabo debido a las cambiantes restricciones, pero al final, los apasionados ciclistas se presentaron y la Two Volcano Sprint se pudo organizar.

Como su nombre indica, la ruta incluía, entre muchas otras subidas, el icónico Monte Vesubio y el Monte Etna. El primero fue el comienzo de la carrera, mientras que el segundo, presente en el Giro de Italia de este año, fue el último obstáculo antes de llegar a la meta en Nicolosi, Sicilia.
Entre los volcanes, la costa de Amalfi y Cilento, junto con los Apeninos, mantuvieron entretenidos a los ciclistas contemplando el paisaje mientras superaban los +24.000m de desnivel acumulado en 1.039km. El domingo 18 de octubre a las 05:30 horas, los participantes se embarcaron en una expedición que duraría más de tres días para la mayoría de ellos.

La lista de salida incluía nombres como Fiona Kolbinger, Sofiane Sehili, Ulrich Bartholmoes y James Hayden, algunos de los ciclistas más reconocidos de la disciplina. Siendo el último evento del año y con una calidad de participantes tan alta, se generó mucha expectación en torno a la carrera.

Hacia “la bota de Italia”

La mayoría de los contendientes optaron por un setup ligero, dejando entrever que no pretendían detenerse para dormir en condiciones, solo unas pocas siestas. La distancia fue relativamente corta en comparación con la tendencia actual en el ciclismo de resistencia, pero la dureza del terreno, pese a ser íntegramente en carretera, hizo que fuera una carrera dura. En octubre las noches ya son largas, por lo que los ciclistas tuvieron que acostumbrarse a la oscuridad y seguir apretando, a la espera de que el sol saliera.

La única parada organizada estaba en Positano, y a partir de entonces fue cuestión de seguir la línea costera hasta llegar a la provincia de Cosenza, donde se dirigieron a Reggio Calabria a través de la cordillera de los Apeninos, que se extiende por toda la Italia peninsular. Allí, tomaron el ferry a Messina, Sicilia, y lo que quedaba a partir de entonces eran dos ascensos de renombre: la Portella Mandrazzi y el empujón final para llegar al Crateri Silvestri en el Monte Etna, justo por debajo de los 2.000 m de altitud. Los primeros cinco clasificados tomaron el ferry ya en la segunda noche, cubriendo alrededor de 850 km en menos de 48 horas.

Ulrich Bartholmoes se adjudicó la victoria en la carrera, como ya hizo en la primera edición del evento en 2019. Bajó su récord anterior en más de 7 horas, terminando la carrera en 52 horas y 53 minutos. Antes del inicio de la subida al Etna tenía una cómoda ventaja de 40 km por delante de Sofiane Sehili y Omar Di Felice, que se disputaban la segunda plaza. Al final, Sofiane llegó tras 55 horas y 13 minutos de tiempo transcurrido, con menos de una hora entre él y Omar, que terminó tercero. Ana Orenz terminó dentro del top 10 llegando a Nicolosi a las 4:30 am, al borde de la hipotermia después del último descenso. Fue la primera mujer en terminar la edición de este año.

Todos los finalistas disfrutaron de la cocina siciliana tras su llegada, recuperándose después un duro esfuerzo con unos tradicionales arancini, un aperitivo que consiste en una bola de arroz rebozada. Algunos de ellos pasaron algunos días más en Italia, rodando bajo el clima soleado antes de regresar a sus respectivos países.

La temporada 2020

La 2VS concluyó una temporada 2020 con menos carreras de ultraciclismo de las previstas. Cuando Sofiane Sehili ganó la Atlas Mountain Race en febrero, nadie preveía que la mayoría de los eventos posteriores tendrían que ser cancelados. Después de eso, hubo un largo período sin carreras de ultra ciclismo, hasta que en junio tuvo lugar la Hope 1000, ganada por Jochen Boehringer. Un puñado de carreras más (incluidas las tres pruebas de Transibérica) también pudieron mantener las fechas previstas de antemano, pero en general la temporada se vio claramente truncada.

Con la mayoría de los países volviendo a algún tipo de confinamiento, los ciclistas que tuvieron la oportunidad de participar en la Two Volcano Sprint o completar cualquier otro desafío que tuvieran en mente, se sintieron aliviados al terminar su temporada en todo lo alto. Ahora es el momento de obedecer, pero siempre que tengas la oportunidad de hacer algo épico de nuevo, no esperes y hazlo. Hemos aprendido que no podemos dar las cosas por sentado y ahora no queremos vivir de otra manera.

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