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Among the Giants 7: Durmitor Quest (recap)

Como ya os adelantamos en el artículo presentación de esta séptima edición, escoger el destino no fue para nada una tarea fácil. Ahora, una vez hemos vuelto del viaje, lo que sí os podemos confirmar que, a pesar de las dificultades, sin duda Montenegro fue la decisión correcta.

Una de las principales razones por las que nos decidimos a visitar este país, más allá del reto que suponía viajar a un país fuera de la unión europea y lo que ello supone a nivel logístico, era el hecho de poner Montenegro en el foco de la escena ciclista internacional.

Sin caer en el error de querer comparar la zona con las montañas que forman los Dolomitas, el parque natural de Durmitor es un auténtico paraíso de la naturaleza rodeado de grandes montañas, muchas de ellas por encima de los 3.000 m, y con mucho potencial para disfrute del deporte outdoor, entre ellos, el ciclismo. A pesar del crecimiento turístico que están viviendo, aún no está nada masificado y es un destino muy ideal si eres de los que les apasiona conquistar montañas.

El primer reto: Llegar a destino

Trabajando en los preparativos del viaje nos dimos cuenta que llegar a nuestro destino era como realizar una carrera de obstáculos. El primer impedimento con el que topábamos era cómo llegar al país. El aeropuerto principal de Podgorica cuenta con vuelos internacionales pero sin apenas vuelos directos desde las principales ciudades europeas, así que lo descartamos por evitar viajar con bicis y hacer escalas en otros aeropuertos. La opción más fiable era viajar a Dubrovnik, Croacia, y desde allí organizar el traslado del grupo hasta Žabljak, donde se encontraba nuestra estancia.

Optamos por organizar unas lanzaderas que nos recogieran en el aeropuerto y se encargaran del traslado de los participantes y las bicis para la ida y vuelta, pero no todo iba a ser tan fácil. Croacia es parte de la Unión Europea pero, sin embargo, Montenegro no lo es. Dada esta situación, la empresa que se encargaba de los shuttles y que el mismo turismo de Montenegro coordinaba para nosotros, nos comunicó que para la recogida en el aeropuerto de Dubrovnik no podrían recogernos en el mismo aeropuerto. Al parecer, por temas legales y control de fronteras, solo podrían iniciar el servicio en Herceg Novi, la primera ciudad que encuentras al cruzar a Montenegro por la costa. Ante esto, no nos quedó otra opción que organizar un traslado extra por grupos reducidos para llegar hasta allí y empezar finalmente el desplazamiento a nuestro destino final, en un viaje de casi tres horas.

Por suerte, para la vuelta, las lanzaderas sí podían llegar al aeropuerto de Dubrovnik y dejarnos en tiempo y hora para coger nuestros respectivos vuelos.

Nadgora Resort, la estancia ideal

Otro gran acierto, además del destino para esta edición, fue la elección de la estancia. Estuvimos alojados en el Nadgora Resort, en la localidad de Žabljak. En invierno es un lugar perfecto para la práctica de deportes de nieve y, en verano, és una auténtica joya para pasar unos días y disfrutar de la naturaleza, ya sea practicando cualquier deporte, viajando en familia o simplemente en busca de un lugar donde desconectar y cargar pilas.

Reservamos la Sky House, su vivienda más grande, y Aleksandar y su familia nos trataron excelentemente. La casa es super acogedora, toda construído en madera y con una arquitectura muy típica del país que le permite bimetizarse perfectamente con el entorno que la rodea.

El resort se encuentra a los pies del parque Durmitor, envuelto por frondosos bosques y montañas. Amanecer en la casa y mirar por la ventana era una maravilla y, a pesar de esa sensación de tranquilidad y soledad, a unos pocos kilómetros teníamos el pueblo, donde podíamos encontrar todos los servicios: supermercados, restaurantes, cajeros automáticos, gasolineras, etc.

Nuestro paso por Durmitor National Park

Tras el largo e intenso día de llegada, realizamos el correspondiente briefing del proyecto y presentación oficial de marcas y participantes. Estábamos cansados pero la emoción y la expectación del grupo superaba con creces el sueño y las ganas de descansar.

Día 1. Durmitor Loop (sentido anti-horario)

Llegaba el momento de iniciar la primera ruta en bici y todos estábamos exultantes. Trás el clásico briefing matinal, en el que Javi compartía una breve pero detallada explicación acerca de lo que nos encontraríamos en el camino, ya estábamos listos para calar nuestros pedales y empezar a pedalear.

El plan del día era hacer una vuelta circular al parque nacional en sentido contrario a las agujas del reloj. Tras recorrer unos pocos kilómetros a través del bosque que rodeaba el resort y, sin apenas tiempo a calentar, el track nos metía de lleno en la primera ascensión de la jornada. Una vez encontramos el ritmo y, después de siete kilómetros de subida, comenzamos un largo descenso acompañados por unas hermosas vistas al Tara Canyon.

Una de las primeras cosas que nos sorprendió positivamente era el estado de la naturaleza, casi intacta, sin apenas signos de explotación turística más allá de la construcción de la delgada carretera por la que transitábamos.

Tiempo más tarde, topamos con una inesperada parada en medio de la carretera. Al parecer, para circular por dentro del parque hay que abonar 5€ por persona y día. Hasta aquí podríamos decir que no es el primer país que cobra por ello pero, lo que en realidad llamó mucho nuestra atención, fue que la persona responsable de vender estos tickets estuviese estacionado al lado de la carretera, en un lugar remoto, y sin apenas credenciales oficiales. Todo muy raro y sospechoso de estafa, pero después de contrastarlo con varias fuentes, nos confirmaron que era normal y que debíamos adquirir el ticket de entrada. Después de superar el tira y afloja con el paisano, iniciamos un fuerte descenso al valle que custodia el río Sušica. Y después de la bajada, tocaba una exigente subida para llegar al otro lado del cañón, dónde hicimos un reagrupamiento y disfrutamos de unas impresionantes vistas.

Desde ese punto comenzamos un sube y baja de carretera a través de una meseta que nos conducía a la que sin duda era el highlight del día, el ascenso al Sedlo Pass, en pleno corazón de Durmitor. Os podemos asegurar que el recorrido no tiene un metro de desperdicio, el paísaje es asombroso y puedes sentir esa sensación de pedalear entre gigantes que tanto nos gusta.

Cada uno a su ritmo pero siempre cuidando de que el grupo se mantuviese unido, acabamos conquistando la cima exultantes.

Había cansancio, hambre, y un excitante descenso que nos esperaba con los brazos abiertos. Era momento de disfrutarlo y buscar algún establecimiento donde reponer fuerzas y probar la comida local.

Con el estómago lleno y valorando la hora que era, priorizamos recortar la última parte de la ruta (visitar el Tara Bridge) y llegar antes a casa. Este cambio nos permitiría descansar un poco más, darnos una buena ducha y cenar como se merece. Sin duda, un gran acierto para una ruta inaugural inolvidable.

Día 2. Piva Lake y Valle del Sušica

Sin apenas darnos cuenta, ya estábamos en el segundo día de ruta. Una etapa con 3.200 m de desnivel acumulado en 125 km, de los cuales, 2.100 m se encontraban en los últimos 40 kilómetros de la ruta.

Amaneció un día brillante pero la previsión meteorológica anunciaba calor intenso y la hidratación durante la ruta se convertiría en uno de los puntos clave para superar la jornada con éxito. La poca disposición de puntos de agua en el país nos obligaba siempre a estar alerta para no quedarnos literalmente secos antes de llegar al siguiente pueblo.

Iniciamos el trayecto por la carretera principal desde Zabljak, en dirección sur y cuesta abajo. Un largo descenso que nos permitió devorar los primeros 30 kilómetros en un abrir y cerrar de ojos. Nuestro primer destino era llegar al lago Piva, dónde realizamos el típico “atraco al supermercado” tras superar los primeros ascensos del día y finalizar la primera parte de la ruta.

Desde el pueblo de Plužine, a los pies del lago, arrancamos nuevamente cargados de provisiones para afrontar la zona más exigente de todo el trayecto. No son muchos los días en bici en los que tu Karoo (Hammerhead) te informa de que el próximo ascenso es de casi 40 kilómetros y más de 2.100 m de desnivel positivo. Por suerte, Javi nos había puesto en sobreaviso y cada uno supo administrar sus fuerzas y comida para superar, de mejor o peor manera, el reto que teníamos ante nosotros.

Parte de esos últimos kilómetros de ruta transcurrían nuevamente por el Vall del Sušica, por el cual ya habíamos pasado el día anterior. En esta ocasión, lo haríamos en sentido horario y ya de regreso a casa, lo que nos permitiría ver otras perspectivas del entorno.

Finalmente, y trás un largo día encima de la bici, conseguimos regresar todos a casa. Otro gran día de ciclismo había finalizado y llegaba el momento de relajarse un poco y recargar pilas.

Día 3. Cambio de planes. Ascenso a Durmitor y vuelta a casa

La ruta que inicialmente teníamos planeada para este día nos llevaba al norte del país, hasta la frontera con Bosnia Herzegovina, pasando por el Piva Lake en sentido contrario al que hicimos al día anterior y por otras carreteras. Era la ruta más larga de todas (142 km y 3.500 m) y teníamos ciertas dudas con algunos tramos que no pudimos localizar al 100% por la falta de información que encontramos en redes. Todo esto, junto al cansancio acumulado, la previsión de tormenta que daban para el mediodía, y que esa misma tarde tendríamos que desmontar las bicis y preparar el equipaje para regresar a casa, nos llevó a tomar la decisión de cambiar un poco los planes.

Optamos por subir Sedlo Pass desde Zabljak, deshaciendo los pasos de la ruta del primer día y siguiendo la primera parte de la ruta planificada para esta última jornada. El mood del grupo era impecable: alegría, satisfacción, buen rollo y ganas de pasar otro gran día de bici se podía respirar mientras pedaleábamos cuesta arriba. A pesar de ser un sábado de agosto, Durmitor estaba solo para nosotros. Apenas pocos coches transitaban por el parque y en ningún momento nos impidieron disfrutar del paisaje una vez más.

De regreso a Zabljak, parte del grupo aprovechó para improvisar una parada en una de las pocas pizzerias del pueblo. El resto, se aventuró a visitar el Tara Bridge que nos quedó pendiente del primer día. La expedición de este pequeño grupo no llegó demasiado lejos ya que el cielo amenazaba tormenta y reconsideraron el plan justo a tiempo para evitar la lluvia.

Para poner la guinda del pastel a una trepidante edición de Among the Giants, tuvimos una cena increíble en el restaurante Or’o gracias a nuestra colaboración con la ​​Organización Nacional de Turismo de Montenegro. Sin duda, la mejor forma de poner fin a nuestro paso por Montenegro.

Montenegro, diamante en bruto

Se nos ocurren muchísimas formas de terminar este artículo, todas distintas pero con un mismo mensaje como resultado. Y es que Montenegro, es sin duda una gema oculta de los Balcanes, en especial para la escena ciclista.

El país tiene un gran potencial y, una vez allí, puedes comprobar como avanzan hacía una modernización y una mejora de sus infraestructuras. Estamos seguros que unos años será uno de los destinos estrella de muchas agencias.

Aún tienen algunas barreras que superar, como por ejemplo la mejora de las conexiones con aeropuertos principales de europa o la modernización de la forma de pago. En la mayoría de establecimientos solo aceptan efectivo y, pese a que operan con euros, hoy en día la mayoría de países funcionan ya con tarjetas o directamente pago contactless a través del móvil o el smartwatch.

En cuanto a Durmitor, el parque es 100% recomendable para cualquier actividad al aire libre. Como ya os hemos contado, no está nada masificado y tiene un sinfín de posibilidades para disfrutar de la naturaleza y el entorno. A nivel ciclismo, es sin duda una gran oportunidad para explorar nuevos destinos y descubrir rincones increíbles que no tienen nada que envidiar a la cordillera de los Alpes que la mayoría conocemos.

Among the Giants 7 ya es historia. Una edición más finalizada con éxito. Otro gran grupo de personas apasionadas por el ciclismo y, sin duda, una aventura inolvidable en un magnífico país que todos guardaremos en nuestra memoria.

No nos gustaría terminar este resumen sin dar las gracias a todas las marcas involucradas en esta edición, las empresas colaboradoras, al equipo media y, sobre todo, a todos y cada uno de los participantes que han formado este gran grupo.