Click here to switch to English

An Endless Ride for an endless fight

La Salud Mental, los Pirineos y un grupo de ciclistas dispuestos a sumar kilómetros y desnivel por la causa. Así nace, de la mano de Gonzalo Pérez y Solidaritat de Sant Joan de Déu, este bonito proyecto solidario, Endless Ride, que el pasado fin de semana celebró su primera edición en el Valle de Arán.

El objetivo del reto era claro, conseguir un euro por cada metro ascendido para invertir en la Salud Mental, que como bien dice Gonzalo “es algo que de cerca o de lejos nos afecta a todos.” Marcas y participantes se involucraron desde el primer momento aportando sus donaciones y queriendo ser partícipes del evento, cada uno aportando su granito de arena.

 

El recorrido constaba de 270 km y +8.000 m de desnivel acumulado. Completarlo no iba a ser tarea fácil. Por suerte los días alrededor del solsticio de verano son largos e, iniciando el reto a las 4:30 de la mañana, había margen para pedalear con relativa calma e ir sumando kilómetros y desnivel.

No solo existía la opción de hacer el recorrido completo. Según el nivel de cada participante también se dió la oportunidad de hacer un tramo determinado de la ruta original, la cual se dividió en un total de cuatro tramos para que todos los participantes pudieran disfrutar del que mejor se adaptara a su interés y nivel físico.

Un total de diez ciclistas empezaron a pedalear de madrugada, inmersos en la noche, desde la población de Vielha en dirección al Alto Arán. Puertos conocidos como La Bonaigua o el Pla de Beret y otros no tan conocidos como Banhs de Tredos, sirvieron a los participantes para pasar las primeras horas encima de la bicicleta y ver un amanecer de película.

Completados todos los puertos de esa primera zona, los participantes del “tramo dos” se unieron a la fiesta para seguir sumando puertos por el medio y bajo Arán, dónde la exigencia ya empezaba a ser más alta debido a los porcentajes medios de los puertos y el desgaste y fatiga de la ruta. Puertos míticos del Tour de Francia como el Portilhon no faltaron en esta zona por la que transcurrió el recorrido.

Varios avituallamientos a lo largo de la ruta proporcionaron energía constante a todos los participantes que se alegraban al verlos desde lejos. Incluso una barbacoa esperaba en Artiga de Lin con buena comida necesaria para recargar depósitos y afrontar la segunda parte del reto.

La transición del medio día a la tarde durante el verano en el Pirineo siempre puede conllevar alguna que otra sorpresa. Las nubes empezaron a formarse y chaparrones puntuales sorprendieron a los participantes del reto en su último tramo.

Con caras de desgaste, sin saber qué más poder ingerir y tirando de cabeza, alguno de los participantes se esforzaba por mantenerse encima de la bicicleta y completar todo el recorrido bajo una intensa lluvia y con la noche a punto de llegar. Todo por la Salud Mental.

Completar un reto de esta magnitud no está al alcance de muchos ciclistas, y menos acabarlo en las condiciones que se plantearon al final del día. Nuestra más sincera felicitación a todos los participantes que consiguieron completar este duro reto y a todos los participantes que pedalearon por los diferentes tramos del recorrido por una bonita causa benéfica.