Badlands es sin duda una de las pruebas de gravel más atractivas del calendario. Los afortunados que consiguen una inscripción se sumergen en el desierto español y salen de él con una experiencia irrepetible. Irrepetible para unos, ya que otros están lo suficientemente locos como para afrontar el reto al año siguiente.
Pol Tarrés y Johnny Anaya participaron Badlands en 2023 como pareja y volvieron con asuntos pendientes. Pol no pudo llegar a Capileira por unos dolores de rodilla y, aunque inicialmente no pensó en volver, acabaron sucumbiendo a la tentación de intentarlo de nuevo.
Las ventajas de participar en una prueba en la que ya has participado son relativas, más aún cuando el reto es tan exigente como en Badlands. Saber lo que nos espera puede tener un efecto negativo, algo de lo que pueden beneficiarse los primerizos que no lo saben. Pol y Johnny eran conscientes de lo que les esperaba, pero el recorrido era diferente. Si el año pasado la lluvia truncó la prueba y obligó a los organizadores a planificar un circuito alternativo recortando varias partes del original, la última edición de Badlands contó con todo lo que caracteriza a la prueba: calor extremo y terreno implacable.
Tenían una estrategia bien definida, con múltiples itinerarios en función de distintas velocidades medias, la distancia y el desnivel acumulado entre poblaciones, y todas las fuentes naturales de agua que en teoría se iban a encontrar en el camino. En definitiva, se trató de minimizar el número de paradas, con solo un par de siestas cortas en planificadas. Más fácil decirlo que hacerlo.
La pareja comenzó fuerte, pero el intenso calor del desierto de Gorafe puso a prueba sus límites. Antes de llegar a Gor, sufrieron algunos mareos y una deshidratación severa, cosa que pasó factura. Pudieron reponer fuerzas en Gor y reanudaron su carrera hacia la Sierra de Baza, con la primera parada para dormir justo antes de la cima de Calar Alto, 22 horas tras el inicio de la prueba. Iniciar el descenso desde el punto más alto del recorrido en esas condiciones físicas hubiera sido demasiado peligroso, así que incluso cuando la mente empieza a engañarte, tomaron la decisión correcta.
El tiempo es clave en las pruebas de ultradistancia, ya que pasar por un pueblo de noche o fuera del horario de apertura significa que todos los restaurantes y supermercados están cerrados. Lamentaron no haber aprovisionado en cada ocasión que tuvieron, ya que se encontraron sin comida en medio de la nada. El recorrido de la segunda etapa de su participación fue principalmente llano, y avanzaron a buen ritmo hasta llegar al Parque Nacional de Cabo de Gata antes de la puesta de sol.
La cena de ese día consistió en dos pizzas cada uno, una para comer allí y otra para llevar, ya que el siguiente tramo sería de noche. Las alucinaciones y la falta de sueño hicieron acto de presencia mientras la pareja subía Sierra Alhamilla, lo que les llevó a un duro descenso de 15 km hasta Tabernas, donde una pequeña siesta les dio la energía para seguir adelante.
El impulso moral de la aparición del sol en el horizonte fue minimizado por el cansancio acumulado. Los kilómetros que quedaban no superaban los tres dígitos, pero cada metro era una agonía. “Terminamos hoy, pase lo que pase. Nos ducharemos y dormiremos en una cama esta noche”, le dijo Pol a Johnny. Para entonces, ya era más una cuestión de resistencia mental que física, y con determinación, cruzaron la meta en Capileira a las 4:03 de la mañana, después de 68 horas de tiempo transcurrido.
Pol y Johnny terminaron en segundo lugar en la clasificación por parejas, pero en ningún momento miraron los trackers para ver dónde estaban en la clasificación respecto a los demás. Como dijo Pol, “lo hicimos no por nadie más, sino por nosotros mismos, para conquistar el inmenso desafío que nos habíamos propuesto. Y lo hicimos”.
Todo queda bien resumido en el vídeo que Pol ha publicado en Youtube, que incluye clips que muestran el sufrimiento desde dentro, además de contenido complementario de Alexandre Gazquez, que participó en su propia prueba de ultradistancia para cubrir la carrera como parte del equipo de media.