Como buenos apasionados del ciclismo y la aventura, siempre estamos listos y dispuestos para enfrentar retos emocionantes y visitar nuevos destinos. Cuando el equipo de Bike Zone nos contactó para conocer de primera mano su proyecto, la carrera de las UCI Gravel Series llamada Dustman, no dudamos mucho en responder que sí a su propuesta. Éramos conscientes de lo que ello suponía: el viaje en sí, la logística, la climatología, la comida, el terreno… y muchas otras variables que escapaban de nuestro control. Todo ello se transformaba en dudas y dolores de cabeza que, poco a poco, fuimos resolviendo. Si de algo estábamos convencidos, era de que nuestro viaje a Tailandia acabaría siendo una experiencia inolvidable.
Bienvenidos a Tailandia
Usando la capital Bangkok como punto de partida de esta aventura, los participantes podían conocer el país no solo desde la perspectiva más competitiva, sino también desde una perspectiva experiencial y cultural. Thai Airways, uno de los principales patrocinadores del evento, sería el encargado de llevarnos a Tailandia. Después de un vuelo de algo más de 11 horas, llegábamos a una ciudad saturada de tránsito de coches y muy ruidosa, pero, a la vez, peculiar y atractiva para quienes venimos de fuera del continente asiático.
Ya en el hotel, cargamos pilas con un buen café y aprovechamos el día para conocer algunos de los lugares destacados de la ciudad: visitar algún que otro templo, perdernos por los mercados a pie de calle, dar un paseo en tuk-tuk y, como no, tener el primer contacto con la deliciosa comida local.
Al día siguiente, tras pasar la primera noche con jetlag, partimos hacia el que sería nuestro basecamp: el hotel Dheva Mantra Resort en Kanchanaburi. Esta región se sitúa al oeste del país, limitando con Myanmar, y se caracteriza por ser muy rural, donde la mayoría de la gente vive del campo y de las granjas. En nuestro traslado desde la capital, conocimos a otros corredores de distintas nacionalidades que viajaron al país para participar en Dustman; muchos procedían de Asia y abundaban los australianos; los europeos éramos minoría. Todos expectantes, ilusionados y emocionados por estar allí para vivir una gran aventura.
El día antes de la carrera, participamos en una pequeña ruta liderada por algunos miembros de la organización que nos permitió tener un primer contacto con el gravel local y, en especial, con las bicis que nuestros amigos de Sarto Bikes nos proporcionaron para la ocasión. A pesar del cansancio que arrastrábamos y de seguir en proceso de adaptación al país, las sensaciones no eran del todo malas. Tras volver al hotel, teníamos claro que la alta temperatura y la muy notable humedad iban a requerir estar especialmente alerta con la hidratación y la alimentación durante la carrera.
Lluvia, barro y mucho espíritu de aventura
Tras acudir al briefing de la carrera, regresamos a nuestra habitación donde nuestras bicicletas Sarto relucían en un rincón. La suerte estaba echada. Llevaba dos días lloviendo intensamente y el escenario había cambiado por completo. Los organizadores nos explicaron que, debido a las lluvias torrenciales, habían tenido que modificar en el último momento algunos segmentos para garantizar la seguridad de los corredores. Parecía que la meteorología iba a ponernos a prueba: ríos con caudal superior al esperado, pistas de gravel totalmente inundadas, barro de todos los gustos y colores… en fin, tocaba cambiar la mentalidad y, más allá de intentar clasificarnos para el Mundial de gravel, optamos por poner el modo supervivencia y marcarnos como objetivo cruzar la meta sin problemas mecánicos ni caídas graves; con eso nos dábamos por satisfechos.
Nos despertamos a las 04:00 am del sábado 1 de noviembre y subimos a una lanzadera que nos llevaría desde el hotel hasta el Mueang Sing Historical Park, donde tendría lugar la salida de la carrera a las 07:00 am. A oscuras y aún bajo la lluvia, hicimos los últimos ajustes de presión en las ruedas de nuestras bicicletas. Por suerte, las Sarto Raso Wide que usábamos en exclusiva para esta prueba montaban las nuevas Campagnolo Bora X con neumáticos de 55 mm, lo que nos ayudaría mucho, en especial en ese terreno tan exigente. A juego con las ruedas, un grupo Campagnolo Super Record X, monoplato y 13 velocidades que también reduciría los problemas en la transmisión.
La suerte estaba echada. Estábamos a miles de kilómetros de casa, con los nervios típicos antes de una carrera y una previsión meteorológica nada propicia, pero no era momento de excusas; teníamos que darlo todo y disfrutar de la experiencia al máximo.
Conseguimos posicionarnos bien en la salida e intentamos mantener en todo momento el lugar que queríamos en el pelotón. Superamos los primeros 10 km en el pelotón de cabeza y llegamos a la primera sección de gravel en una buena posición. Primeros metros de pista y daba comienzo la verdadera aventura.
Barro e innumerables charcos de agua se apoderaban del camino. Los corredores intentaban sortear los obstáculos y encontrar la mejor trazada a gran velocidad. A partir de ese momento, el grupo que lideraba la carrera se dividió en grupos de tres y cuatro corredores, cada uno buscando su ritmo e intentando sobrellevar el accidentado terreno de la mejor manera posible.
El recorrido completo, de unos 130 km y 1.300 m de desnivel positivo, se convirtió en una auténtica batalla por la supervivencia. Cada sección tenía su grado de dificultad que, pese a no ser un terreno súper técnico,te ponía a prueba.
Perdimos la cuenta de los ríos que cruzamos y de las veces que sumergimos nuestras bicis en charcos donde el agua nos llegaba por encima de las rodillas. La carrera y las condiciones meteorológicas no solo eran un gran reto para nosotros, sino también para las bicicletas. El barro, el agua y la suciedad iban poco a poco calando y llegando a todos los rincones del eje pedalier, así como a los rodamientos y la transmisión.
Metro a metro fuimos deborando la carrera y superando todas las adversidades que se nos presentaron. Conseguimos cruzar la meta sanos y a salvo, y las bicicletas, pese a estar completamente llenas de barro, funcionaron perfectamente y sin problemas mecánicos.
No conseguimos una plaza para el mundial de gravel en Australia para 2026, pero sí conseguimos ser finishers de una carrera durísima que puso a prueba a todos y cada uno de los participantes de la UCI Gravel Series Dustman.
Reflexiones tras la experiencia
Una de las cosas más complejas que pueden surgir al viajar a un país tan exótico como Tailandia para participar en una prueba ciclista es la gestión del viaje: vuelos, equipaje especial, hoteles, transporte, etc. Sin embargo, en el caso de Dustman, los organizadores han querido brindarles a sus participantes el máximo de facilidades y ofrecer paquetes con todo incluido para quienes quieran centrarse única y exclusivamente en preparar la carrera y nada más.
La vivencia en una carrera como esta es una combinación muy equilibrada entre competición, aventura, cultura y gastronomía. Es un destino atractivo y una gran oportunidad más para hacerse un hueco en el mundial de gravel, que culmina cada año la UCI Gravel Series, independientemente de tu edad.
Según nos contó el equipo directivo de Bike Zone Events, el objetivo principal de Dustman es posicionar a Tailandia en la escena mundial del gravel. El evento tiene un gran potencial y, pese a que siempre hay margen de mejora, creemos que va en la dirección correcta. Tanto los organizadores como todo su equipo y los voluntarios realizaron un trabajo de diez y supieron manejar todas las dificultades derivadas de la meteorología. En todo momento estuvieron dispuestos a ayudar y hacernos sentir como en casa, y cuando uno está tan lejos de la suya, era de agradecer.
Por último, pero no menos importante, nos gustaría resaltar la gran acogida y hospitalidad de todos los tailandeses con los que nos hemos cruzado durante este viaje. Nos han tratado estupendamente allá donde hemos ido, nos hemos sentido seguros en todo momento y hemos disfrutado cada minuto que hemos pasado en el país. Sin duda, un motivo más para repetir pronto una experiencia como esta.
































