Ser el mayor productor de bicicletas de Bélgica no es una tarea fácil. Significa mantenerse fiel a sus raíces y, al mismo tiempo, adaptarse para competir con las marcas que luchan por el mismo pedazo de pastel. Requiere, entre muchas cosas, innovación continua en un país caracterizado por su visión tradicional de la bicicleta.
En Ridley Bikes pueden decir con orgullo que han liderado la industria belga de cuadros de bicicletas durante más de veinte años, y sus modelos lanzados recientemente, junto con lo que está por venir, asegurarán que Bélgica se mantenga en la cúspide de la industria del ciclismo mundial.
Tuvimos la oportunidad de visitar su sede y pudimos comprobar por qué confían en lograr su objectivo. El orgullo del CEO al mostrarnos su última innovación en pintura de cuadros, el entusiasmo del joven ingeniero aeronáutico al explicar cómo las próximas actualizaciones del túnel de viento lo pondrán a la vanguardia de las pruebas aerodinámicas… Ridley es una empresa familiar y todos tratan a la marca como si fuera su propio hijo.
Nacido de un sueño no cumplido
En la última etapa de su adolescencia, Jochim Aerts se dio cuenta de que su sueño de convertirse en profesional se desvanecía lentamente, pero quería seguir estando involucrado en el nivel más alto del ciclismo. Solía pintar sus propios cuadros y los de los profesionales con los que estaba en contacto, incluido su hermano. Luego hizo lo mismo con Bioracer, que en ese momento también estaba presente en el negocio de cuadros de bicicletas.
Aprendió sobre diseño, geometrías y soldadura de cuadros, y dio un paso adelante y comenzó a encargarse de todo el proceso de producción de una bicicleta. Ridley nació en 1997, y en ese momento todavía operaba en el garaje de su padre. En 2005, las bicicletas Ridley ya estaban presentes en el nivel más alto del ciclismo de carretera, con tres victorias de etapa en el Tour de Francia en el primer año patrocinando a Davitamon – Lotto, el actual equipo Lotto Dstny.
Si te preguntas de dónde viene el nombre de la empresa, piensa en el director de películas como Alien o Blade Runner, Ridley Scott. En ese momento ya existía una marca de bicicletas que usaba el apellido del ídolo de la familia, por lo que optaron por Ridley como nombre de la firma.
Hacia un ecosistema ciclista local
Hoy en día, Ridley es el mayor productor de bicicletas de Bélgica. Forma parte de Belgium Cycling Factory (BCF), un conglomerado que también incluye la marca de bicicletas Eddy Merckx y otras empresas relacionadas con el ciclismo como Corsa, Forza y BCF Cycling Wear.
En 2013 el Bike Valley, un edificio primeramente concebido como un centro de innovación que incluye un túnel de viento y una cámara térmica, se construyó junto a la actual fábrica de Ridley. Funcionaron de forma independiente durante varios años, pero en 2020 Bike Valley se incorporó al negocio de Ridley, y desde entonces la combinación de los dos edificios se llama Belgium Cycling Factory. Eso también marcó el momento en que Jochim Aerts se convirtió en el único propietario de Ridley. Tras compartir previamente la propiedad con otros individuos y sociedades de inversión, volvieron a sus orígenes y espíritu de empresa familiar.
En la fábrica de Beringen, Bélgica, actualmente se ensamblan todas las bicicletas para los mercados de Europa. Para los mercados norteamericanos, las bicicletas se ensamblan localmente pero, por supuesto, siguiendo las mismas especificaciones que en la sede central. Lo único que pueden decidir con independencia de la sede central son los colores de los cuadros, para adaptarse a las tendencias locales.
Sin grandes interrupciones o circunstancias imprevistas, Belgium Cycling Factory llegará a vender 65.000 bicicletas este año, y teniendo en cuenta que a día de hoy solo hay un turno de personas trabajando en el proceso de producción, la capacidad máxima de la fábrica es de seis dígitos.
Se tomaron varias decisiones acertadas durante el reciente auge del ciclismo, como no tratar de satisfacer la excesiva demanda de bicicletas sabiendo que no podrían obtener todos los componentes necesarios para construirlas. Otras marcas invirtieron demasiado y luego un componente faltante puso en pausa toda su línea de producción.
Desde entonces están tratando de no depender en exceso de China y Taiwán. Aprendiendo de lo que sucedió durante la escasez de componentes, los cuadros de aluminio de los modelos existentes pronto se obtendrán de los Países Bajos, y todas las versiones diferentes de los dos nuevos modelos de Ridley que se presentarán el próximo año se producirán en Portugal.
Un proceso de producción a la altura del potencial de la marca
Tras pasar por el almacén, donde vimos bicis completas listas para ser enviadas a países tan dispares como Suecia, Polonia o Nueva Zelanda, nos explicaron todo el proceso de pintado. La mitad de los cuadros están pintados en Bélgica, mientras que la otra mitad en Moldavia.
Existe una proporción similar entre las bicicletas personalizadas con pintura y las bicicletas que se venden con los diseños predeterminados. Muchos clientes se animan a seleccionar sus propios colores en el configurador dado el bajo coste adicional que conlleva personalizar una bicicleta Ridley en comparación con otras marcas.
El montaje de bicicletas se divide en dos líneas paralelas. Antes un operario montaba una unidad completa, pero ahora existe una línea de montaje móvil en la que los operarios se especializan en una única tarea que ejecutan una y otra vez. Aun así, para alguien centrado en la parte del desviador, no es lo mismo construir una cambio electrónico que un grupo manual.
Recientemente, BCF realizó una gran inversión en la digitalización de los procesos comerciales. Pro ejemplo, el mismo código QR ubicado en el cuadro que el usuario final escanea para registrar la garantía de la bicicleta se utiliza en una etapa anterior en la fábrica de Ridley para saber qué piezas se le tienen que equipar en cualquier punto de la línea de montaje.
Una amplia gama de bicicletas disponibles
Rodeados de cuadros que pronto montarán muchas personas afortunadas, nos sentamos con el director de producto Bert Kenens para hablar sobre el pasado, el presente y el futuro de Ridley y Eddy Merckx.
Ridley presentó su primera bicicleta de gravel, la X-Trail, en 2015, por lo que se puede decir que por aquel entonces estaban por delante del resto. Cuatro años más tarde añadieron al catálogo su primera bicicleta de aventura gravel, y en 2020 lanzaban la Kanzo Fast, la primera auténtica bicicleta gravel aerodinámica del mercado. Mientras que otras marcas de bicicletas apenas tenían un modelo de gravel disponible, Ridley ya ofrecía todo tipo de modelos para esta disciplina.
“En ese momento, todo el mundo nos preguntaba por qué necesitábamos una bicicleta gravel aerodinámica, y hoy en día todas las grandes marcas están desarrollando o acaban de desarrollar una”
2022 fue para Ridley un año de renovación de su ya variada gama de gravel, con la nueva Kanzo Adventure lanzada a finales de marzo y la Grifn en diciembre. Esta última acaba de ser galardonada en los premios Design & Innovation, que pueden considerarse los Oscar de la industria ciclista.
Ridley quiere ofrecer una amplia gama de productos sin perder su ADN competitivo. Nacieron como una marca de rendimiento y la mayoría de la gente asocia la empresa con el ciclismo profesional, pero reconocen la importancia de tener bicicletas eléctricas y urbanas a disposición de sus clientes. Bert nos dijo que están trabajando en algunos modelos de bicicletas eléctricas en su vertiente deportiao, que no saldrán al mercado con la marca Ridley sino RES (Ridley E-Speed).
“El objetivo es tener una oferta similar a las grandes marcas estadounidenses como Specialized y Trek. Una cartera de productos que va desde bicicletas de montaña hasta bicicletas urbanas con carretera y gravel por medio”
Con respecto a la marca de bicicletas Eddy Merckx, que también opera bajo el paraguas de Belgian Cycling Factory desde 2017, el posicionamiento aún no está claro hasta que se reanude el ritmo normal de producción de la marca, pero apuntará a un nicho de mercado más concreto sin superposición con Ridley. Acero y heritage contemporáneo son los dos conceptos que probablemente definirán el futuro de la marca.
No todas las marcas de bicicletas tienen túnel de viento.
No queríamos irnos sin echar un vistazo al túnel de viento, que había sido reservado todo el día por una marca externa. Ridley no es el usuario exclusivo del túnel de viento, por lo que todas las marcas e individuos pueden probar cualquier producto. Y no, no había cámaras ocultas que Ridley pudiera revisar para ver qué podría estar probando un posible competidor allí.
Pogacar y Evenopel han utilizado el túnel de forma individual, y muchos equipos vienen aquí a hacer sus pruebas. Se está construyendo un nuevo velódromo a quince minutos del Bike Valley, por lo que la combinación de pruebas en el túnel de viento más pruebas en el estante atraerá aún más marcas.
Allí encontramos a Daan Teugels, el joven ingeniero aeronáutico que normalmente trabaja en el diseño de nuevas bicicletas, pero a quien probablemente verás en el túnel de viento cada vez que haya solicitudes de pruebas internas. Fue un día largo para él, pero no el que más. “Dan Bigham estuvo aquí antes de su UCI Hour Record y ese par de días de más de 10 horas de trabajo fueron agotadores, pero también gratificantes”, dijo Daan justo antes de que nos despidiéramos.
Mirando hacia el futuro inmediato
Por un lado, con su presencia histórica en el ciclismo profesional de ruta y ciclocross, junto con su primera asociación con un equipo de MTB de primer nivel, Ridley se está asegurando de que las personas identifiquen la marca con el rendimiento y la competición. Por otro lado, su gama de bicicletas de aventura y las próximas bicicletas eléctricas les permitirán cubrir las preferencias de todo tipo de aficionados al ciclismo. El futuro pinta brillante para el ciclismo en general y Belgian Cycling Factory en particular.