Monster Track. Solo el nombre evoca mitos y leyendas del ciclismo urbano, la madre superior de todos los alleycats. Su esencia callejera lleva a sus participantes al límite, la prueba donde los bike-messengers más osados luchan por demostrar quién es el mejor, la única que solo se puede vivir en NYC.
La edición XVII para nosotros ha sido un poco especial, pues un par de amigos de RAW hicieron las maletas y viajaron hasta la gran manzana para formar parte de esta auténtica locura. No perdimos la ocasión para pedirles un “on board” de su experiencia en la gran manzana.
Los dos chiflados que se fueron a NYC son:
SAMI
Si alguna vez te has cruzado por Barcelona con una chica en su bici bajando por Vía Layetana o Calle Balmes como si fuera un tren a toda velocidad… pues ya sabes quién es.
Bromas aparte, Sami es una veterana encima de una fixed y una de las pocas riders que le pone valor y ganas para participar en todas las carreras que se le presentan.
Bueno… llevo años oyendo el nombre de Monster Track y otros tantos alleycats en New York y correr una carrera de este tipo para mi es mucho más divertido que cualquier otra, así que ¡voy a por ella sin dudarlo!
SIMONET
Desde siempre he sido más partidario de los alleycat que los criteriums. De hecho, son la esencia de las carreras de piñón fijo, ya que «simulan» la vida laboral de un bike-messenger. Cuando empiezas en este mundillo, te aconsejan ver «Line of Sight» de Lucas Brunelle, y si le sumas a las ganas que tenía de rodar en NYC…
Ahora que conocéis a estos dos chiflados, según nos cuentan, fue todo muy improvisado un día los dos acaban hablando de ir al Monster Track y listo, el siguiente paso era comprar billetes de avión y prepararse para la ¡gran masacre!
Sami: “¿Prepararnos la carrera? Ja, ja… eso es imposible. Nueva York es enorme y nunca sabes dónde te puede tocar ir, así que estuvimos rodando toda la semana para orientarnos y conocernos una minúscula parte…”
Básicamente hay cosas que se hacen solo por el disfrute, y quizás ir a participar en esta carrera sin ser de NYC es una experiencia que vale la pena vivir.
Simonet: “Un punto bueno de preparación es el hecho de haber corrido desde hace 5 años los alleycats de Barcelona, ahora tocaba dar el salto y correr en una ciudad que no conocía, más grande y con más de gente 250 corredores inscritos, en su mayor parte, auténticos bike-messengers de NYC.”
En un viaje así, muchas son las expectativas y puede que New York sea una de esas ciudades que siempre consigue sorprenderte. Los nervios empiezan a notarse y, cuando menos te lo esperas, llega el día de la carrera…
Sami: “En cuanto salimos, todos corriendo a tope, fue imposible mirar hacia donde iban los corredores que teníamos intención de seguir, todos salíamos hacia el mismo punto así que los perdí y no me quedó más opción que seguir a la multitud y tratar de evitar las mil sirenas de policía que nos seguían. Después de completar la primera dirección, volvimos al mismo punto donde en teoría salíamos (el ACE Bar) y de ahí ¡conseguimos el famoso manifiesto! Madre mía, cuando lo vi solo recuerdo pensar en lo perdida que estaba, por suerte, Jeremy de Chari&Co. me ayudó a completar el primer checkpoint.”
El manifesto:
Simonet: “La primera orden era ir a la calle 11 con Madison, de allí coger un papel con 2$ comprar un boleto de lotería y volver al Sophie Bar a por el manifiesto, todo esto era para dispersar a la gente, que fuera más fácil entregar el manifiesto y que no pudieras improvisarlo, sino todo de golpe. El manifiesto constaba de 11 direcciones, la más lejos en la calle 116, en Harlem, y en la punta sur de manhattan. Cuando terminabas, solo a los 20 primeros se les daba otro manifiesto de 3 direcciones más en Manhattan y después a cruzar el puente hacia Brooklyn con el tercer manifiesto con 3 direcciones más (King Kog, Deluxe Bikes y el Beast of Bourbon).”
Los dos en el caos de la salida se pierden de vista, y cada uno vive una experiencia diferente, Juan con un grupito que rodaba fuerte intentando orientarse y acumulando checkpoints y Sami que, por nervios y mala suerte, perdió el manifiesto “shit happens”.
Sami: “En el primer checkpoint tube que esperar a que alguien apareciese y me llevase al siguente punto porque no sabía cuál era y cuando, al fin encontré a un chico que tenía el manifiesto, ¡me tocó seguirlo a toda ostia por las calles locas y llenas de agujeros de NYC!”
A mitad de carrera Simonet se encuentra con los tres grandes riders, Chas, Nico y Chris que ya llevaban tres checkpoints y…
Simonet: “A partir de ahí cambió mucho la mentalidad de la carrera. Decidimos relajarnos y pasárnoslo bien sin presión. Es una pena, pero en el fondo era la primera vez corriendo allí, sin saber moverme muy bien en la ciudad, ni cómo funcionaba la carrera. De camino a Lexington Ave, nos volvimos a perder, cruzando mal por Central Park y tener que subir 30 bloques más hasta la calle 74. Allí me encontré con Sami. Desde ese punto, hicimos toda la carrera con Connor, ella, y un chico de Washington DC.”
Adrenalina, nervios, coches, taxis, checkpoints, peatones, manifestos… todo viaja a un ritmo frenético, los alleycats son así y ¡más en Nueva York! Llegar a la línea de meta es una pequeña redención.
Sami: “Finalmente después de unas dos horas y media y unas 50 millas, acabamos la carrera en el mismo ACE bar donde empezamos. Llegamos ahí pensando que nos darían otro manifiesto y de hecho los del segundo manifiesto solo eran para los treinta primeros y de 200 personas más o menos creo que llegamos ¡los 70 de la lista!”
Viajando con RAW y conociendo a personas de alrededor del mundo, la mayoría coincide en que la mejor parte de rodar en otros países, según el ambiente del piñón fijo, es la actitud de la gente, respeto a los que vienen de fuera… la comunidad consigue crear siempre un ambiente idílico en cualquier punto del mundo, no importa la ciudad, siempre puedes sentirte como en casa.
Simonet: “El primer día visitamos a Alfred Bobé en su casa (ganador 5 veces de la Monster Track), después Chari&Co. y por la noche con Victor Uma, el organizador de la carrera. Se puede decir que nuestra base en Manhattan era Chari&Co., nos acogieron de puta madre desde el primer día. Rodamos con Jeremy Santuchi, Tobias Lewis, Alfred, salimos con Chris, Victor, y el último día estuvimos de fiesta con Chris, Chas, Nico, Cooper, Sean, etc. Visitamos un montón de tiendas de bicis. Me gustaría destacar la tienda Deluxe Bikes con una localización impresionante, el Headquarters de David Trimble, todos los bares de Manhattan y Bk que nos llevó Victor Uma y, por supuesto, la tienda de Chari&Co.”
Pues esta fue la aventura de Sami y Juan. A la pregunta ¿Volveréis? Los dos se ríen y no da pie a confusión. Volverán.
Nos gustaría dar las gracias a Levi’s, Pacific&Co, Cycle Me Home y, por supuesto, a RAW Cycling Mag. Todos nos habéis dado un soporte incondicional que nos habéis dado desde el principio.