Colorado es la capital del ciclismo en los Estados Unidos. El terreno montañoso, la elevada altitud y el sin fin de rutas por hacer han convencido tanto a locales como  ciclistas internacionales. Junto con eso, muchas empresas en la industria del ciclismo son conscientes del potencial de la región y tienen allí su sede, una sucursal o al menos un lugar temporal.

Por razones obvias, en este estado al oeste del país también se llevan a cabo múltiples eventos ciclistas, siendo SBT GRVL el más destacado. En su tercer año, se ha consolidado como uno de las carreras de gravel más prestigiosas del mundo.

Aunque la parte competitiva tuvo lugar el domingo, varias actividades relacionadas con el evento ya se llevaron a cabo desde el jueves. Se organizaron múltiples rutas de introducción, sesiones de yoga, paneles con ciclistas profesionales y una gran exposición mientras más de 3.000 ciclistas llegaban a Steamboat Springs ansiosos por lograr el desafío que presenta SBT.

“En esencia, nuestro evento se trata de unir a las personas, y durante todo el fin de semana uno se da cuenta de la capacidad que tiene la bicicleta de crear una verdadera comunidad global”. – Amy Charity, cofundadora y propietaria.

Los corredores inscritos partieron con el objetivo de terminar uno de los cuatro itinerarios, incluido el recorrido Black con una distancia de 228 kilómetros y 3.000 metros de desnivel positivo. Los recorridos Azul, Rojo y Verde, cada uno con una dureza diferente, fueron las otras opciones que tenían los ciclistas de todos los niveles de habilidad y experiencia.

Hubo una gran controversia con respecto a las estaciones de avituallamiento. Mientras que en otros eventos los ciclistas pueden contar con asistencia externa para entregarles botellas o ayuda mecánica, en SBT GRVL estas paradas fueron neutrales. Eso significaba que todos los ciclistas tenían que intentar llenar sus botellas con la misma fuente de agua, y debido a que se esperaba que un grupo grande se mantuviera unido al menos hasta el tercer avituallamiento, muchos optaron por correr con mochilas de hidratación y evitar detenerse en las estaciones de avituallamiento.

Los ciclistas que comenzaron con solo dos botellas tuvieron que parar a rellenar, pero los demás continuaron apretando porque la escapada todavía tenía una gran ventaja y no quedaban muchos kilometros. Esto generó muchas discusiones y abrió el debate sobre se debería acordar una parada en las zonas de avituallamiento en mitad de una carrera o no.

Al final, los que siguieron atraparon a los tres corredores de delante, y entre los perseguidores, el invencible Keegan Swenson se llevó la victoria. Freddy Ovett, quien actualmente corre para L39ION de Los Ángeles, fue uno de los tres atacantes y fue lo suficientemente fuerte como para aguantar el ritmo de los que venían por detrás y terminar en segunda posición. Payson McElveen, con muchos contratiempos esta temporada, finalmente logró tener una carrera limpia y terminó tercero.

En la carrera femenina, las contendientes estuvieron más repartidas a lo largo del recorrido por lo que esta polémica no les afectó. Fue otra victoria para Lauren De Crescenzo, ya que la corredora nacida en Colorado ganó la SBT GRVL por segundo año consecutivo. Su familia estaba allí animándola, por lo que la victoria seguro que supo a gloria. Hizo un movimiento decisivo en la subida a Oak Creek y nunca miró hacia atrás. Whitney Allison y Ruth Winder acompañaron a De Crescenzo en el podio.

Un tema a destacar es que el premios total de $22,000 se dividió equitativamente entre hombres y mujeres. Si te ha convencido la belleza de la región o la emoción de la carrera, la edición de 2023 tendrá lugar del 19 al 20 de agosto.