Click here to switch to English

Superprestige Diegem: CX nocturno de alto nivel

Con el debido respeto a sus propias identidades, el Diegem Cross del pasado miércoles se sintió como la mezcla perfecta entre la tradición del ciclismo belga y el ambiente propio del Red Hook Crit, principalmente por las carreras nocturnas y las multitudes que acuden buscando algo más allá de la pura competencia.

Una salida a las 19:00 para las mujeres y a las 20:45 para los hombres en un día laborable no es algo que estemos acostumbrados a ver en ciclocross, y aunque nosotros lo recibimos con los brazos abiertos, sacó a los ciclistas de su zona de confort.

El Diegem Cross no se llevó a cabo en los últimos dos años debido a la pandemia y razones financieras, pero la espera valió la pena. Sabíamos las condiciones de barro a las que se tendrían que enfrentar los ciclistas porque había estado lloviendo intermitentemente todo el día, pero no esperábamos un ambiente tan bueno, con gente de todas las edades ansiosa por ver a los mejores ciclistas de la disciplina.

Al igual que en los Seis Días de Gante, era fácil adivinar dónde estábamos debido a la cantidad de puestos de comida con patatas fritas a nuestro alrededor. Además, hay pocas regiones en las que los espectadores animan a los corredores con tanta pasión.

Esta carrera se ha disputado tradicionalmente de noche y con luces artificiales, lo que nos recordó los buenos tiempos de las carreras de piñón fijo. ¿Te imaginas a Van Aert, Van der Poel o Pidcock compitiendo sin frenos por las calles de Brooklyn? Este formato alternativo puede ser solo una excepción en el calendario CX, pero claramente resultó ser un éxito. En Cataluña también existe una carrera de ciclocross de este tipo, el Dark Cross.

En pleno bloque navideño de carreras de ciclocross, con los “tres grandes” en la lista de salida, y con la carrera discurriendo en un escenario único, todos, tanto corredores como aficionados al ciclismo, querían estar presentes. 83 mujeres y 91 hombres tuvieron la oportunidad de brillar en las calles y campos de fútbol de Diegem, por lo que había un flujo constante de ciclistas que pasaban. Hasta que Van Aert, Van der Poel y Pidcock llegaron desde atrás e impidieron que la mayoría terminara.

Mathieu van der Poel se presentaba invicto en Diegem, ya que había ganado la carrera en cada una de sus diez participaciones, incluidas las categorías juveniles. Uno podía ver por qué, ya que surfeaba sobre la sección de arena como ningún otro, creando huecos sobre Van Aert y Pidcock que los obligaron a apretar aun más para unirse nuevamente a él.

Esta dinámica de carrera dio lugar a momentos emocionantes de principio a fin, que deleitaron a los 20.000 espectadores que se reunieron en Diegem, una ciudad a las afueras de Bruselas, para esta carrera nocturna. El resultado también fue insuperable para los aficionados locales, con Wout Van Aert ganando esta carrera después de una agitada última vuelta en la que él y Pidcock intercambiaron posiciones varias veces. Un pequeño error de el británico en la penúltima curva terminó siendo decisivo para la victoria.

Tuvimos el privilegio de ver el Superprestige Diegem de primera mano, pero desde nuestro punto de vista era difícil ser plenamente conscientes de lo que estaba sucediendo en la carrera a menos que nos acercáramos a una de las múltiples pantallas gigantes. Los que miraban desde casa tenían el panorama completo y terminaron el día con la ropa limpia, mientras nosotros terminamos cubiertos de barro.

Una cosa es cierta, podíamos guiarnos por los vítores de los espectadores para inferir cuál era la ubicación actual de los que estaban al frente de la carrera. Con cada movimiento de Van Aert, los decibelios del lugar aumentaban tanto que el comentarista de la carrera apenas podía escucharse.

Dado lo tarde que terminó la carrera, los corredores se apresuraron a regresar a la caravana de su equipo lo antes posible para intentar regresar a casa en un tiempo razonable. No obstante, muchos espectadores se quedaron en el lugar por más tiempo; vaciando los barriles de cerveza que quedaban y dándolo todo en la carpa ambiance que se montó para la ocasión.