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La metamorfosis de las tiendas de bicicletas

En un mundo donde la venta a través de internet gana cada vez gana más terreno, el ciclismo y sus ventas parecen resistir en parte a esa tendencia. Las tiendas de bicicletas, aunque con su versión online en algunos casos, no parecen interesadas en salir del mundo “analógico”.

Cuando entras en una tienda de ciclismo, suele percibirse ese olor a neumático nuevo. Son como jugueterías para niñas y niños grandes, en ocasiones una segunda casa para los más adictos y un lugar donde acudimos para que nos solucionen algún problema en el que nos hemos metido jugando a ser mecánicos.

No obstante, el negocio, en algunos casos, ha cambiado y mucho, adaptándose a un mercado cada vez más grande y exigente. Hemos visto como pequeñas tiendas se han convertido en grandes espacios dedicados al ciclismo en todos sus aspectos. Ya no solo se venden bicicletas o piezas de recambio, es mucho más que eso. ¿Pero qué hay de las pequeñas tiendas “de toda la vida”? Pues como ocurre en todos los comercios, cada vez hay menos, pero resisten.

¿Por qué hay tantas tiendas de ciclismo y se siguen abriendo nuevas? Muy sencillo, hay demanda. En muchos países, cuando se han realizado encuestas a su población sobre hábitos de vida, observamos que el ciclismo es el deporte más practicado, aunque sea de forma ocasional. Si a esto le sumamos el entusiasmo con la que salimos a devorar el exterior cuando las medidas de confinamiento se han ido relajando, tenemos como resultado bike stands vacíos, muchos negocios y distribuidores se quedaron sin stock, situación que se va aliviando con las bicicletas de 2021. Si bien es cierto que esta circunstancia ha beneficiado a todo tipo de establecimientos, solo aquellos capaces de anticiparse a las peticiones del consumidor han sabido sacar verdadero partido.

Quizá por eso, la tienda “de siempre” ha podido sobrevivir, con una demanda local siempre presente. Es en esos pequeños talleres, donde quizá encontremos ese recambio que parecía imposible de localizar, por mucho que nos empeñemos en desplazarnos por los menús de las páginas web en las que creíamos que lo encontraríamos. Los pequeños comercios pueden convivir con los grandes, las carreteras y montañas nunca han visto circular tanta lycra y no hay visos de que eso vaya a cambiar. En una época en la que tanto nos hablan y preocupan las curvas, esta sigue una tendencia alcista y es de las buenas.

Y tanta demanda hace que la oferta se adapte a esta nueva situación. Muchos clientes ya no quieren solo una bicicleta, quieren un estudio biomecánico previo para no errar en su talla, vuelven posteriormente a por un conjunto de ropa con la última tecnología y diseño. Esto ha propiciado la aparición de establecimientos impensables en cuanto a oferta y tamaño hace pocos años. Espacios como Velodrom Barcelona son un claro ejemplo, negocios que han ido mutando y adaptándose a una cliente cada vez más exigente y donde podemos, desde encargar una bicicleta último modelo de una prestigiosa marca, encargar una bicicleta de gravel a medida y acompañarlo con un plan de entrenamiento a un estudio nutricional. Así como encargar un masaje para estar a tope el siguiente fin de semana. El servicio se centra en todo lo que se puede ofrecer al ciclista, cuando está encima de la bicicleta, pero también todo lo que viene antes y después de hacerlo.

 

Como decíamos, la demanda ha moldeado a la oferta y no solo ha engrandecido a los negocios generalistas, también han surgido específicos, que hacen foco en necesidades de nuestros días, como falta de tiempo o dificultades para desplazarse. Conceptos como The Bike Ambulance, nos demuestran que no está todo inventado. El servicio es 100% online, solo debemos rellenar un formulario donde concretamos que queremos realizar en nuestra bicicleta, seleccionamos una fecha y nos olvidamos, se encargan de recogerla, revisarla y/o repararla y entregártela en la puerta de tu casa. Comodidad para el usuario y rapidez, son los dos pilares en los que se fundamenta todo según nos cuentan los chicos de The Bike Ambulance, nosotros los resumiríamos en un despreocúpate. Detrás del portal web hay un equipo de profesionales, todo tan analógico como lo es un establecimiento, pero innovando en el “como”, para hacerlo atractivo en los ajetreados tiempos que vivimos.

¿Qué nos deparará el futuro? La digitalización también se impondrá en algo tan outdoor (cuando se puede) y palpable como el ciclismo? El tiempo lo dirá, pero lo que parece claro es que es un animal vivo y que tiene una segunda juventud. Desde aquí os animamos a apoyar vuestros negocios locales, sea un pequeño comercio o un gran espacio.

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