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The Traka 360 film

Como mecánico de bicicletas, uno está acostumbrado a reparar y hacer una puesta a punto de todo tipo de bicis, pero no hay nada como montar la tuya propia para una futura competición.

Diederik Deelen se mudó de los Países Bajos a Girona para rápidamente empezar a trabajar en The Service Course, y recientemente participó en The Traka 360 después de ganar la versión de 200 km de la carrera el año pasado.

Con el apoyo de marcas y personas con las que ya ha colaborado en el pasado, se presentó el día de la carrera con un montaje que dejó a todos asombrados.

Tras ser un dotwatcher de la edición anterior, esta vez decidió afrontar la versión más larga del evento en busca de sus propios límites como ciclista. Fue una elección razonable después de todo lo que ha logrado como corredor, pero aun así el cambio era notable.

El gravel todavía puede considerarse una disciplina novedosa, y de hecho Diederik puede decir que llegó tarde a la fiesta ya que no probó una bicicleta de este tipo hasta que un miembro del equipo de The Service Course le sugirió que probara la suya. De eso hace unos dos años, y desde entonces lo compagina con las carreras en ruta que sigue haciendo como parte de un equipo local.

Trabajar a tiempo completo no deja muchos espacios en blanco en su agenda, pero trata de aprovechar al máximo el tiempo disponible y el terreno cercano a donde vive.

Aunque ya conocía partes del recorrido de The Traka como la palma de su mano, en las semanas previas a la carrera trató de encontrar tiempo para hacer algunas salidas de reconocimiento de la ruta. Por ejemplo, dice que disfrutó mucho del tramo entre Cadaquès y Port de la Selva, aunque también descubrió tramos desafiantes que él, junto con todos los demás participantes, tendría que afrontar el día de la carrera.

Muchas cosas pueden pasar en 360 km, y siempre es difícil saber qué esperar de un día tan largo. Su elección de bicicleta se hizo teniendo esto en cuenta y optó por el cuadro Open WI.DE para aumentar la comodidad con un mayor espacio para los neumáticos y preservar la sensación de velocidad de una bicicleta de carretera.

El cuadro, junto con los mejores componentes de la industria que lo complementaban, fueron pintados a medida por S-Colors. Diederik quería plasmar en su bicicleta los colores característicos de todo lo relacionado con el gravel, y el resultado final basado en hidroimpresión destaca por encima de la gran mayoría de trabajos de pintura.

Como en Navidad, abrió con una sonrisa en la cara la caja que contenía su cuadro y montó el resto de las bicicletas como él tan bien sabe hacer. Apenas hizo un par de salidas con su nuevo montaje antes de la carrera, y con una bicicleta de este calibre, pudo sentir la presión de rendir al mismo nivel.

Si quieres conocer su resultado en la carrera y la preparación previa, tanto en cuanto a entrenamiento como equipamiento, todo está documentado en el vídeo exclusivo adjunto, presentado por The Service Course, ENVE, Klassmark, Open Cycles & Sweet Protection.