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Ellas, al frente del pelotón

Cada vez que he podido visitar, ya fuese por trabajo o por placer, una vuelta ciclista, hay varias cosas que me han llamado la atención. De todas ellas, una siempre ha tenido que ver con el rol de la mujer en esos grandes “circos” andantes que son los equipos y sus estructuras. Muchísimas preguntas rebotaban en mi cabeza y apenas tenía respuestas: ¿Cuál habrá sido su trayectoria? ¿Cuál será su función? ¿Le tratará bien el resto de hombres? ¿Por qué no hay más mujeres? ¿Es el ciclismo profesional sexista?

Había que buscar respuestas y para ello busqué tres perfiles diferentes. Tres nombres que por su experiencia me ayudarán a hacerme una pequeña composición del lugar. Estas tres voces hablan desde su experiencia. Nada será definitivo tras estas líneas, nadie tiene la verdad absoluta. Son, simplemente, tres puntos de vista. Simplemente, tres historias.

Cherie Pridham

La primera protagonista destila temperamento, valentía y liderazgo por cada poro de su piel. Por su nombre, Cherie Pridham, quizás no os venga a la mente. Simplemente os diré que desde hace unos meses se ha convertido en la primera mujer en ser Directora Deportiva de un equipo, concretamente del Israel Start-Up Nation. Pero, esto no va de ser la primera. Esto va, como ella mismo afirma, de ser bueno:

“Si eres bueno, si estás capacitado, no debería importar si eres hombre o mujer.”

¿De dónde viene tu amor por este deporte?

El ciclismo ha estado en mi vida durante toda mi vida. Empecé con 11 años, con el sueño de llegar a ser profesional, y con tan solo 17 años lo conseguí. Ahí me marqué correr alguna vez en la vida el Tour de Francia femenino, cosa que acabé consiguiendo al poco tiempo. Mi carrera profesional duró unos 12 años en los cuales corrí en 8 Tours, 2 Giros y otras grandes pruebas que, por desgracia, ya no existen. Ahora, por suerte, todo es mucho más profesional y las ciclistas están cada vez mejor preparadas. No cambiaría lo que viví por nadie, pero tengo un gran respeto por las ciclistas de hoy en día.

Tras bajarte de la bicicleta, tu vínculo con el ciclismo siguió, pero en el masculino, ¿verdad?

Sí, exacto. Durante los últimos 12 años he dirigido mi propio equipo en categoría Continental, lo cual es realmente complicado porque debes ocuparte de la parte comercial, además de la deportiva. Eso es realmente duro, ya que debes buscar sponsors y trabajar día a día para que siga adelante.

¿Y cómo se cruza el Israel Start-Up Nation en tu vida?

Cuando empezó la pandemia, la búsqueda de sponsors se complicó mucho y ahí vi que quizás tendría que acabar buscando un trabajo fuera del ciclismo. Me daba mucho miedo, porque de lo único que realmente sé es de ciclismo. Y recuerdo un día, en el que estaba sola con una copa de vino en la mano y pensé… “¿por qué no? ¿por qué no encontrar un hueco en un equipo WorldTeam masculino? No tengo nada que perder”. Tenía claro en qué equipos sí me gustaría trabajar, así que empecé a mandar e-mails. La sorpresa fue que dos contestaron casi de inmediato y, obviamente, uno de ellos fue el Israel Start-Up Nation. La gente no se puede llegar a imaginar lo nerviosa que estaba, ya solo por el simple hecho de que dedicase su tiempo para contestar mi correo.

¿Y qué pasó?

El director general, Kjell Carlström, dijo que me llamaría y así lo hizo.

¿Recuerdas el día?

Sí, como si fuese ayer. Fue el último día del Tour de Francia. Tuvimos una conversación y por como se estaban dando las cosas con mi equipo, vi que la mejor solución era cerrar aquel capítulo. Debo decir que fue un día muy emotivo para mí, pero sentí una sensación de alivio porque aquella lucha constante fue agotadora. Llegué a casa y le dije a mi familia que empezaba un nuevo capítulo, llené mi copa de vino y abrí mi ordenador. Recibí un e-mail. Era mi nuevo contrato. No me avergüenzo ni me da miedo decir que lloré como un bebé durante 10 minutos.

Justo ahí, empezaste a llenar las revistas y webs de ciclismo por ser la primera mujer en dirigir a un equipo profesional masculino. ¿Cómo lo has vivido?

Sinceramente, no presto atención a ser la primera o no. Siempre digo lo mismo, si eres bueno o si estás realmente capacitado para un puesto de trabajo, no debería importar si eres hombre o mujer. Por otro lado, para afrontar un trabajo así debes tener carácter y confianza en ti mismo para aceptar el reto. Los últimos 12 años al frente de mi propio equipo me han enseñado mucho. Tengo esa experiencia, pero debo adaptarme a este nuevo puesto y debo aprender los ritmos del ciclismo a este nivel.

¿Qué debe tener un buen Director Deportivo?

En primer lugar debe saber escuchar. Debe adaptarse a cada circunstancia, pensar rápido y aprender a trabajar con diferentes personas y caracteres. Debe respetar y hacerse respetar. Es una especie de equilibro. Creo que soy diferente al resto de Directores que son hombres, creo que escucho un poco más y quizás soy un poco más diplomática, pero también soy dura (ríe).

La última. ¿Has pensado en que puedes servir de inspiración para todas aquellas mujeres que vienen detrás?

Lo he pensado, pero como consecuencia de la cantidad de entrevistas que he dado. Ahora siento más esa responsabilidad, sobre todo por la cantidad de mensajes dándome las gracias que he recibido que ni siquiera he podido contestarlos. Ahí sí me he dado cuenta de lo que ha significado. Mi jefe dice que debo acostumbrarme, pero estoy en ello.

Hannah Troop

La segunda de nuestras tres protagonistas hace años que tiene la maleta preparada. La vida le ha enseñado que debe ser así. Salió de su Nottinhgamshire natal para vivir actualmente en Barcelona. Dejó su trabajo por amor a un deporte y todo gracias a su padre. Y a Bradley Wiggins. Hannah Troop es nuestra siguiente protagonista.

¿Cómo llega el ciclismo profesional a tu vida?

Llegó en el año 2012, en un viaje que hicimos en bicicleta con mi padre desde Londres hasta París. Una vez en la capital francesa, justo llegaba el Tour y recuerdo que mi padre me dijo: “Cabe la posibilidad de que por primera vez un inglés gane el Tour de Francia”. Obviamente, era Bradley Wiggins, pero yo no tenía ni idea. Fuimos a los Campos Elíseos y me quedé totalmente enganchada. En cierto modo ya lo estaba, pero aquello me dejó hipnotizada. En 2015 trabajaba como jefa de las campañas de marketing para Tesco, pero no me sentía realizada y no lo disfrutaba. Un día, un compañero me preguntó por el trabajo de mis sueños, a lo que yo contesté:

“Me gustaría ser periodista y trabajar en el mundo ciclista.”

A partir de ahí empecé a hacer algunos cursos de forma online hasta que en enero de 2016, pocos meses después y gracias al consejo de otro periodista, me di cuenta de lo importante que eran los idiomas para este trabajo. Me dije a mi misma

“Vamos a por ello. Voy a dejar mi trabajo, antes ahorraré dinero y me voy a mudar a Barcelona para recuperar un buen nivel de castellano.”

Así que en mayo de 2016 dejé mi trabajo y en septiembre estaba ya en Barcelona. Me puse a estudiar castellano de forma intensiva y trabajé en una base de clientes para trabajar como autónoma. Recuerdo que aquello fue duro. Tras aquello me llegó una oferta para trabajar en la revista alemana Gran Fondo Magazine, así que me mudé a Alemania. Tras aquella experiencia, volví a Gran Bretaña para trabajar en la revista Rouleur y puntualmente trabajar en el departamento de comunicación del equipo Education First. Así que, de forma resumida, así llegué al pelotón profesional.

Hablando de Education First, justo empiezas una nueva temporada con nuevo equipo. ¡Ahora eres una “INEOS” más!

Sí, han sido unos meses muy intensos, pero a la vez divertidos. Básicamente trabajo en el departamento de comunicación, así que me encargo de toda la parte de eventos relacionados con la prensa, ya sea en cuanto a corredores o staff se refiere. Además, doy apoyo en las carreras con todo el contenido. Desde escribir un artículo hasta subir material audiovisual a nuestras redes. En mi antiguo equipo, por ejemplo, teníamos un podcast. He hecho también fotografías para equipos, por lo que si hay alguna sesión de fotos puedo ayudar en la producción.

¿Cuántas mujeres trabajan aproximadamente en el pelotón profesional?

Sinceramente, creo que he llegado en el momento en el que más mujeres hay. Es cierto que aún es un deporte dominado por hombres, especialmente en los equipos. De hecho, creo que solo hay una mujer que sea Directora de equipo y este es su primer año. Dicho esto, cada vez hay más mujeres. Por ejemplo, en INEOS Grenadiers teníamos a Fran Miller, que era CEO. En EF Education-NIPPO, la presidenta del equipo era Mary Wittenberg. También hay conductoras de autobús que son mujer. El cambio se está dando. No sé el número exacto, porque hay muchas carreras a lo largo del año.

¿Crees que es más difícil para una mujer llegar al pelotón profesional?

No lo creo. De hecho, yo no lo sentí así. Sentí que debías tener unas aptitudes correctas y pasión de verdad por este deporte. No quiero pensar que tengo este trabajo por ser mujer sino porque he trabajado duro para ello y se me da bien. Hablo desde mi experiencia. Si hay todavía quien hace según qué tipo de bromas, no ha sido en ninguno de los equipos en lo que he estado. En mi caso, siempre me he sentido bien acogida y apoyada. Si eres bueno en tu trabajo, todo irá bien. Hablo siempre desde mi propia experiencia.

¿Sentiste en algún momento alguna duda o algún tipo de miedo por ser una mujer en un mundo predominado por hombres?

La verdad es que no. Lo cierto es que soy bastante extrovertida, así que me importa poco lo que digan. Todos sabemos en el mundo en el que estamos e intentamos apoyarnos unos a los otros. Es un trabajo que tiene momentos en los que alguien quiere pasarte por encima y debes tener la confianza para decir: “no, mira…” y no tener miedo a decir que no. Es un trabajo en el que debes decir muchas veces “no”, así que hay que creer en el trabajo de uno mismo. También tiene que ver con el cambio de mentalidad que ha habido en cuanto al crecimiento de los equipos femeninos, hay más medios involucrados, etc. Es cierto que aún debe crecer más, pero ya está provocando que las mujeres cada vez nos apoyemos más entre nosotras. Eso es lo realmente importante.

¿Cuál ha sido tu mejor y peor momento desde que estás en el Pelotón profesional?

El peor, te diría cuando empezaba como periodista. En una París-Roubaix, para The Cycling Podcast, tenía que grabar entrevistas post carrera en el Velódromo de Roubaix. Todos aquellos que hayan estado saben que es una auténtica locura. Los corredores están llenos de polvo, sudor, barro… hay mucha gente a su alrededor intentando entrevistarles, una verdadera locura. Recuerdo que tenía a Matthew Hayman, ganador del año anterior. Había conseguido otras buenas entrevistas con buenos corredores y cuando fui a la sala de prensa para descargar el material descubrí que no había grabado absolutamente nada. Pensé: “Dios mío, ¡qué mal!”. Perdí todo un dia de trabajo. Literalmente.

Y si pienso en el mejor momento… posiblemente te diría, cuando estaba en EF y Alberto Bettiol ganó el tour de Flandes y ver lo que supuso para el equipo, para los directores… fue increíble. Otro que recuerdo fue, en 2019. Aún se me pone la piel de gallina. Estaba en Los Campos Elíseos tras acabar el Tour de Francia y el sol se estaba poniendo tras el Arco del Triunfo. Aquella mezcla de colores en el cielo, era mi primera vez allí con el equipo, era la primera vez que ganaba un colombiano, ya que ganó Egan Bernal… fue muy especial. Sentí una especie de electricidad aquella noche en los Campos Elíseos. Fue realmente increíble. Son momentos que recordaré para siempre.

Ya para acabar… Un mensaje para aquellas jóvenes que quieran llegar a trabajar en el pelotón profesional.

Deben sentir una gran pasión. Son muchas horas de trabajo, de viajes, lejos de tu familia y puede llegar a ser extenuante. Es muy divertido, vivir las carreras, visitar tantos sitios y te sientes incluso privilegiada. Si no tienes pasión, esto no es para ti porque te aplastará rápidamente. Deben saber que es algo que de verdad aman.

Iraia Calvo

Para poner punto y final a este ejercicio, quise hablar con alguien con otra mirada. Alejada de los equipos. Quién mejor para mirar diferente que los ojos de un fotógrafo. Iraia Calvo es, posiblemente, una de las primeras espadas en España en lo que a ciclismo profesional y fotografía se refiere. Natural de Bilbao, una de sus mejores fotos la arruinó un compañero fotógrafo tras 300 kilómetros en la meta Milán-SanRemo. Cuando iba a disparar, se levantó y le tapó el objetivo.

¿Cómo llega el ciclismo profesional a tu vida? ¿De dónde te viene la pasión por las dos ruedas?

Todo empezó cuando tendría 16 o 17 años. Yo salía en bicicleta con unos amigos y un día me presentaron a un ciclista profesional que me empezó a contar cómo era su “mundillo” por dentro. A partir de ahí, me entró muchísima curiosidad y quise ir a una carrera profesional. En ese momento quedé totalmente enganchada a este deporte, hasta el día de hoy.

¿Pero llegó antes la fotografía o las bicis?

Te diría que la fotografía. Siempre me había gustado sacar fotos, desde que iba con una cámara desechable hasta que tuve mi primera compacta y ahí empecé a hacer fotos en carreras. Te diría que fueron creciendo en paralelo y una pasión alimentó a la otra.

¿Cuál fue la primera carrera que fotografiaste? ¿Lo recuerdas?

Sí, fueron la Itzulia 2011 y el Giro 2011, al cual entré casi por casualidad. Me fui a Italia de vacaciones y vi que pasaba por la ciudad donde yo estaba alojada. Me busqué la vida y pude acreditarme. Ahora lo recuerdo con mucha emoción, pero en aquel momento no conocía a nadie ni sabía cómo moverme. Recuerdo que hice fotos en Bérgamo y en la contrarreloj de Milán. Llegué a meterme incluso en un coche de la organización para seguir a David Millar, del equipo Garmin-Cervélo. Una vez en el Duomo de Milán empecé a seguir al resto de fotógrafos porque no tenía ni idea de hacia dónde ir. Intenté hacer lo que hacían ellos.

Para la gente que no se dedica ni a la fotografía ni a las bicis, explícales ese momento en el que está viniendo el ciclista y tienes solo una oportunidad para pillarle bien…

Es una mezcla de tensión y adrenalina. Debe ser como el momento del sprint de un ciclista, es decir, un mal gesto te lo fastidia todo. Disfruto muchísimo y me supone una carga de adrenalina espectacular.

Explícanos, de las fotos que nos has mandado, qué significado tienen para ti, porque las has mandado, donde fueron tomadas, etc…

Ha sido difícil elegir, porque le tienes mucho cariño a las fotos que haces. La primera que he elegido es la de Richard Carapaz en la Arena de Verona. La elegí por el majestuoso escenario y por la historia que hizo Carapaz al ser el primer ecuatoriano en ganar el Giro. La segunda es la de John Degenkolb en el velódromo de Roubaix en mi primera París-Roubaix. Me encanta porque creo que se puede apreciar perfectamente el sufrimiento y la dureza de esta carrera. La tercera es la de Esteban Chaves en San Martino di Castrozza, en los Dolomitas. Fue la primera victoria de “Chavito” tras su grave lesión. Además, estaba toda su familia tras la meta, lo cual fue realmente bonito. Y la última de las que he elegido es la de Alaphilippe ganando en Imola. Todos los Mundiales son especiales, pero este un poco más. Sin público por la pandemia, por la dureza del recorrido y por cómo fue. Duro, bonito y espectacular.

Hablemos de mujeres y ciclismo profesional. ¿Ha sido más difícil llegar al pelotón siendo mujer? ¿Existe esa sensación?

Existe esa sensación desde fuera, quizás. Desde mi experiencia personal, no lo ha sido. Es cierto que a veces parece que tienes que demostrar el doble por ser mujer, pero no ha sido difícil llegar. Cada vez se está abriendo más a las mujeres, Cherie Pridham es el caso más conocido. Cada vez somos más fotógrafas y ojalá se vayan sumando más. Es un mundo muy familiar y al final es como si tuvieses una segunda familia.

¿Cuántas mujeres fotógrafas hay ahora mismo en el pelotón? ¿Y hombres?

En total habrá unas 8 o 10, son pocas la verdad. Hombres hay muchísimos más. Además, en los últimos años ha crecido mucho el número de fotógrafos en el pelotón.

Háblame de tus referentes en cuanto a fotografía, sean o no de ciclismo.

Siempre me ha gustado la fotografía que ha hecho el fotoperiodista americano Steve McCurry, que es de otro nivel. En lo que a ciclismo se refiere, me gusta mucho como trabajan Russ Ellis, Ashley y Jered Gruber. Además tengo la suerte de poder ser amigo de alguno de ellos y les admiro mucho.

¿Qué significa el ciclismo para ti?

Una pasión, una forma de vida y mi trabajo. Todo eso crea una mezcla perfecta.

Fotos: Nor Arnon (Cherie Pridham) / Alex de Cortada (Hannah Troop) / Juan Antonio Flecha (Iraia Calvo) / Iraia Calvo

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