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Ulrich Bartholmoes: Imbatido y con ganas de más

Terminar una prueba de ultradistancia ya es un logro en sí, y poder ganar una de ellas es algo que de lo que muy pocos pueden presumir. Luego está Ulrich Bartholmoes, que se ha llevado la victoria en todas y cada una de las carreras en las que ha participado desde su debut en la disciplina.

Ulrich Bartholmoes es un ciclista de resistencia alemán que comenzó a participar en Gran Fondos en 2014, y después de competir semana tras semana durante un par de veranos, se dio cuenta de que cuanto más largas y duras eran las carreras, mejor rendía.

Esta progresión natural le llevó a participar en carreras como el Tour de Mont Blanc, una prueba con unos 350 km y 8.500 m de desnivel. Está claro que esta no es la típica cicloturista, pero aún así seguían siendo desafíos de un día de duración.

Quería volver a competir en esa carrera durante el verano de 2019, pero en ese momento estaba de vacaciones en España y no era factible ir hasta la línea de salida, situada en el este de Francia, por lo que comenzó a buscar alternativas. Descubrió la Transpyrenees, probó suerte, y no ha dejado de participar en eventos de autosuficienca de varios días de duración desde entonces, aunque todavía encuentra tiempo para dirigir su propia empresa, especializada en consultoría empresarial para proyectos de IT.

Invicto en carreras de ultradistancia

Como uno puede imaginar, las carreras de ultradistancia implican pasar la noche al aire libre y depender de lo que llevas en tu bicicleta. Unos meses antes de su debut en la disciplina compró su primer material de bikepacking, pero solo con la intención de llevar herramientas y repuestos. Comenzó a realizar aventuras de varios días, pero por aquel entonces aún dormía en hoteles, por lo que Transpyrenees fue su primera verdadera experiencia de bikepacking puro.

Dos años después, puede decir con orgullo que ha ganado todos y cada uno de los eventos de ultraracing que ha iniciado, siendo la Transibérica 2021 su último éxito. La racha ganadora actualmente es de ocho, y dado el dominio que muestra cada vez que se planta en la línea de salida de estos desafíos, probablemente lo veremos como el primer finalista de eventos similares durante mucho tiempo.

Si durante su primera victoria en Transibérica él y el resto de participantes tuvieron que afrontar una gran vuelta alrededor de la península ibérica, esta vez el recorrido estuvo más centrado en el norte y centro de España, lo que probablemente facilitó el trabajo de los organizadores del evento. Es cierto que algunos lugares destacados han sido protagonistas tanto de la edición de 2019 como la de 2021, como los Picos de Europa en Asturias, pero Ulrich descubrió nuevos lugares que le encantaron, viviendo momentos muy especiales en el camino. Llegar a la cima de una subida justo a tiempo para el amanecer, rodar por paisajes lunares, visitar pueblos pintorescos… Dada la distancia de la carrera y la diversidad de la península, Ulrich y el resto de corredores pudieron saborear lo que España tiene para ofrecer.

Una agitada victoria en la Transibérica

Como vencedor de la Transibérica, Ulrich Bartholmoes disfrutó de agradables momentos en el transcurso de los 6 días, 14 horas y 13 minutos que le llevó recorrer los 2.953 km de carrera, pero durante ese tiempo también tuvo que afrontar algunos momentos difíciles y estresantes. Sufrió un gran problema mecánico antes de llegar al Checkpoint 5 que le hizo detenerse durante más de 20 horas, pero la templanza y serenidad de sus acciones le permitieron resarcirse de sus problemas y ganar la carrera.

Ulrich nos contó que mientras estaba en el área de Girona entrenando en las semanas previas a la Transibérica, rompió el desviador trasero y dañó algunos radios y la pata de cambio. Se las arregló para arreglarlo a tiempo, pero eso fue claramente un estrés adicional antes de la carrera.

Ya en la carrera, durante una pequeña subida, el desviador volvió a romperse. “Supongo que fue causado por montar una pata doblada en el nuevo desviador”, cree él. Sucedió a las 21:00 en medio de la nada, por lo que ni siquiera tenía cobertura para ver dónde estaba. Desmontó el desviador por completo para poder al menos empujar la bicicleta, y tuvo que caminar unos dos kilómetros antes de poder saber a dónde ir. De camino al pueblo más cercano, un automóvil se detuvo y le ofreció llevarlo allí.

Se refugió en una de las casas rurales del pueblo, disfrutó de una agradable barbacoa y hasta tomó una cerveza.

“Durante esa noche realmente no estaba pensando en la bicicleta. Todo estaba cerrado, así que no había forma de que pudiera arreglarlo en ese momento. Preferí acostarme y descansar”

En ese momento informó a los organizadores de la carrera sobre su incidente. Ellos y varios dotwatchers habían comenzado a preocuparse después de ver que su tracker no estaba en la ruta, por lo que les envió un breve mensaje diciendo que tenía una problema mecánico serio pero que no estaba en problemas.

A la mañana siguiente tomó un taxi hasta Guadalajara, la ciudad más cercana. Su principal objetivo era encontrar un nuevo desviador, y si no, una nueva bicicleta para llegar a Bilbao de alguna forma. Rendirse y regresar en tren nunca se le pasó por la cabeza. No había repuestos en la tienda local, pero convirtieron su bici en single-speed, para que al menos pudiera comenzar a pedalear. Después su idea era conseguir un billete de tren a Madrid para arreglarlo allí, pero perdió el tren por un minuto.

Parecía que el mundo estaba en su contra, pero mantuvo la calma y se dirigió al café más cercano para comer algo. Cuando estaba poniendo su bicicleta contra la pared, el tipo de la tienda de bicicletas llegó con su coche y le dijo a Ulrich que había logrado encontrar un reemplazo para su desviador. Regresaron a la tienda y media hora después él estaba de vuelta dándole a los pedales.

Después de caer al octavo lugar en la clasificación, Ulrich comenzó su impresionante remontada, volviendo a la cabeza de la carrera tras el Checkpoint 5. Solo se cruzó con un par de corredores a los que adelantó, ya sea porque siguió una ruta diferente o porque los demás descansaban mientras él pedaleaba sin cesar. Se alegró al ver a Pawel Pulawski, quien en ese momento lideraba la carrera y estaba al tanto de lo sucedido. Habían planeado una ruta similar y rodaron juntos toda la noche, separándose después del amanecer. En la línea de meta, Ulrich ganó con un margen de 12 horas.

Su talento físico se complementa con una notable fortaleza mental. A diferencia de la mayoría de los atletas, Ulrich prefiere no depender de la cafeína cuando busca un impulso de energía durante las carreras. “Creo que la cafeína cambia la forma en que el cuerpo reacciona a sus necesidades. Si estás cansado, no debes tomar estas sustancias para evitar el cansancio porque puede ser peligroso”, argumenta. El alemán también limita el tiempo para escuchar música o podcasts, guardándolo para momentos puntuales, como una larga recta en medio de la noche.

El horrible accidente de una amiga

Desafortunadamente, hubo un gran accidente durante la carrera que involucró a Ana Orenz, una buena amiga de Ulrich. Chocó con un jabalí durante la primera noche de carrera y sufrió lesiones con secuelas para toda la vida. Estuvo inconsciente tras el accidente y no fue hasta que otros dos participantes la encontraron que pudo ser trasladada al hospital de Pamplona. La esposa de Ulrich le dijo que su tracker se había detenido durante la noche, por lo que preguntó a los organizadores qué había sucedido. En ese momento todavía no estaba claro, pero Ulrich no creía que sufriera heridas graves.

Durante el tiempo que se detuvo debido a su problema mecánico, incluso le envió un mensaje de texto a Anna, y dado que ella respondió alentándolo a ganar la carrera, estaba seguro de que todo estaba bien. No fue hasta después de la línea de meta que le dijeron lo que realmente sucedió.

“La mayoría de nosotros también hicimos ese descenso. Era en una carretera muy ancha con buen asfalto. Además, ella no estaba falta de sueño ni nada similar, por lo que fue realmente mala suerte. Eso demuestra que nos puede pasar cualquier cosa, y eso da miedo”

Próximos desafíos

Ulrich Bartholmoes se centra actualmente exclusivamente en carreras de carretera, pero eso cambiará pronto. Ya ha realizado carreras de distancia sprint como la Two Volcano Sprint, eventos que rondan los 2.000 km de longitud como la Three Peaks Bike Race, y otros más largos con Transibérica, como ejemplo. “He visto muchas cosas en las diferentes zonas por las que he pasado, pero ahora es el momento de buscar nuevos retos y explorar regiones más remotas”, dice.

Ulrich tenía previsto realizar varias aventuras off-road por su cuenta antes de considerar tomar la partida en una carrera de ultradistancia de gravel o mountain bike. Sin embargo, podemos confirmar que estará este fin de semana en la salida de la Badlands, que cuenta con participantes como Sofiane Sehili, Alistair Brownlee, y Freya Rawlins.

Los amigos de Ana Orenz han creado una página de donaciones para ayudarla durante el largo camino por recorrer que implica meses de fisioterapia y otros gastos imprevistos. Su hija Ruby ahora está a cargo de su cuenta de Instagram y publicará actualizaciones del progreso de Ana.

Fotos: Transibérica archives

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