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MMR Academy: Apostando por las futuras promesas del ciclismo nacional

La historia, a lo largo de los años, nos ha demostrado que muchos proyectos nacen de una simple conversación entre amigos. Un día cualquiera, una pequeña idea surge en la mente de uno de ellos y, lo que inicialmente parece ser una locura, poco a poco se le da va dando forma y evoluciona hasta el día en que se materializa.

Así fue como, un día compartiendo salida en bicicleta, el empresario Daniel Alonso, propietario de la marca de bicicletas española MMR, y el ciclista profesional Samu Sánchez, en aquel entonces todavía en activo en el BMC Racing Team, comenzaron a valorar la posibilidad de gestar una prometedora academia de ciclismo. Ha llovido mucho desde entonces, pero desde que en 2015 el proyecto Samuel Sánchez – MMR Cycling Academy salió a la luz, su labor por el ciclismo base y la formación de futuros talentos del ciclismo nacional no ha cesado ni un solo día. Fruto de su trabajo ha sido la aparición estelar de ciclistas como Iván Romeo y Markel Beloki, además de la irrupción inminente del prometedor Benjamín Noval, entre otros.

Tuvimos la ocasión de hablar con Samu Sánchez acerca de este interesante proyecto, y este artículo no es más que el resultado de una agradable e interesante conversación con alguien que vive el ciclismo muy apasionadamente.

Academia de ciclismo

Tras un proceso de maduración, la idea de lo que hoy conocemos como la MMR Cycling Academy se llevó a cabo de manos de Daniel Alonso y Samu Sánchez, además del también ex-ciclista profesional Benjamín Noval, que decidió unirse al proyecto.

Desde el inicio, la academia siempre ha tenido un compromiso máximo con el crecimiento de jóvenes ciclistas, a través de su desarrollo personal, educativo y deportivo. Entre sus metas, se encuentra potenciar la capacidad de sus alumnos para afrontar retos relacionados o no con el ciclismo.

“El precursor de la idea y el desarrollo de todo el proyecto viene de manos de Daniel Alonso, y poco a poco la idea se fue desarrollando. La escuela, además de formar a futuros ciclistas, es un banco de pruebas perfecto para las bicis, los componentes, la ropa del equipo, la nutrición y cualquier otra aportación que recibamos de nuestros patrocinadores.”

Dentro del alcance del proyecto encontramos la escuela de ciclismo, con niños y niñas de 9 a 14 años que acuden a las instalaciones de la academia en Avilés un par de veces por semana; el equipo cadete, con alumnos de 15 a 16 años que ya empiezan a salir de casa y participar en algunas carreras; y el equipo junior, con corredores entre 17 y 18 años.

Samu, durante nuestra conversación, nos explica que su papel dentro de la academia es asegurarse de que todo funcione correctamente. Y con ello, no se refiere a reparar bicicletas o llevar un buen mantenimiento de los vehículos del equipo precisamente. Su función abarca desde “abrir puertas” para conseguir financiamiento para el proyecto, a gestiones administrativas, subvenciones, comunicación, organización de los viajes del equipo y demás. En fin, ocuparse de todo aquello a lo que la parte técnica del MMR Academy no llega.

A su vez, nos recalca en todo momento el gran valor de los patrocinadores en proyectos como este. Sin ese apoyo económico y material, la academia no podría ser una realidad y por eso él y todo su equipo intentan siempre transmitir a los corredores la importancia de saber a quién representan, ser respetuosos y dar siempre una buena imagen deportiva y como personas.

Muchos de los equipos de formación internacionales forman parte de grandes organizaciones del WorldTour y cuentan con un presupuesto que es incomparable con el del MMR Academy. Es por lo tanto una cuestión de sacar el máximo partido a cada céntimo disponible.

Continuando con nuestra conversación, acabamos hablando de ciclismo femenino y de la posibilidad de contar con una división en la academia, pero, lamentablemente, el factor económico vuelve a tomar un protagonismo importante en este aspecto. Samu, de todas formas, nos explica detenidamente que actualmente ya cuentan con presencia femenina en la MMR Academy, pero solo hasta la escuela de ciclismo.

Como Asturias ya cuenta con un equipo propio de ciclismo femenino, la mayoría de las corredoras que completan el ciclo en la escuela de ciclismo de la MMR Academy recalan en el Viella-Guttrans. Por otro lado, reconoce que sostener un equipo femenino propio a día de hoy no cuenta con las corredoras ni los recursos suficientes para poder asumirlo.

Casos de éxito

De la MMR Academy ya hemos visto salir corredores con muchísimo potencial y que, actualmente, ya están brillando en equipos de la máxima categoría. Esto no es más que una clara señal de que el trabajo que están haciendo desde la academia es realmente bueno.

Son varias las figuras que han salido de la academia capitaneada por Samu Sánchez, entre otros, nombres como el de Ivan Romeo y Pelayo Sánchez, ambos corredores del Movistar Team y con una prometedora carrera por delante; Markel Beloki, hijo del reconocido ciclista Joseba Beloki y que pasó de la categoría Junior a firmar un contrato con el equipo EF Education – EasyPost; Mario Aparicio y Hugo de la Calle que actualmente son parte del equipo Burgos Burpellet BH; Nil Gimeno integrante del Equipo Kern Pharma; Samu Fernández del Caja Rural-Seguros RGA; o, el más reciente y quizá uno de los más sonados de los últimos meses, el fichaje de Benjamín Noval, que con tan solo 16 años ya ha firmado un contrato profesional con el equipo Ineos Grenadiers y que llevará a esta promesa del ciclismo nacional hasta la categoría WorldTour a partir de 2027.

Pero no todos los miembros de las escuelas son casos de éxito. El paso a profesionales es un porcentaje muy bajo y el que solo unos pocos consiguen llegar. Gestionar esas situaciones también es un papel crucial que desarrolla el equipo de la academia. Samu reconoce que no es nada fácil tratar con la frustración de los corredores que no llegan a alcanzar su sueño, pero hacerles ver la realidad es parte de su trabajo.

El papel de MMR

El nivel de compromiso de MMR con el proyecto es enorme. Además del apoyo económico que aporta la marca de bicicletas asturiana, proporciona todo el material necesario a todos y cada uno de los miembros de la academia. No hay agravio comparativo, todos cuentan con lo mismo: cuadro y ruedas de carbono, grupo electrónico, componentes competitivos y recambios en caso de caída o avería. Seguro que nos olvidamos de algo, pero sin duda, la apuesta que realizan con los jóvenes ciclistas es máxima.

El cuidado y mantenimiento de todo el material suministrado a los corredores de la academia corre a cargo de los jóvenes ciclistas. Obviamente, cuentan con los mecánicos del equipo, quienes se encargan de tener las bicis al día, pero ellos tienen que ser responsables del material y limpiarlo, cuidarlo y respetarlo. Es un gesto de respeto hacia los patrocinadores y el esfuerzo que realizan para que el proyecto siga adelante.

Retos de futuro

Cuando le preguntamos a Samu acerca del futuro de la academia, su respuesta se resume en dos palabras: músculo financiero. Todo en esta vida funciona con dinero, pero en el caso de un proyecto como este en el que su sustento depende de la aportación de otros, todo se complica aún más.

“Personalmente, si tuviera un cheque en blanco, me gustaría llegar a tener mi propio equipo profesional, un presupuesto ilimitado, correr el Tour de Francia y, a poder ser, contar con un Tadej Pogačar y ganarlo todo. Siendo realistas y pensando en objetivos reales, consolidar la academia, que el equipo que forma la MMR Cycling Academy siga sumando, que los sponsors sigan creyendo junto al proyecto, y que podamos seguir prosperando en el ciclismo.”

A nivel nacional, el escenario ideal sería que los equipos profesionales estuviesen a cargo de todo el ciclo evolutivo de los corredores, desde la escuela hasta el equipo WorldTour. Pero a día de hoy con los recursos y presupuestos que cuentan los equipos, es inviable. Ni el propio Movistar podría permitirse un proyecto de esa envergadura. Por otro lado, la posibilidad de asociar directamente la academia a un equipo y convertirse en su filial tampoco es una opción por la incompatibilidad entre los acuerdos con las marcas de cada una de las partes.

“Prefiero seguir teniendo la situación que tengo actualmente, antes que tener un equipo continental y no poder garantizar las condiciones de los corredores. Como ya se ha visto en otros casos.”