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Zuricrit 2025: Manteniendo viva la llama

Cuando Red Hook Crit llegó a su fin en 2018, toda una subcultura pareció desvanecerse con ella. Durante más de una década, el astillero de Brooklyn, y posteriormente Milán, Barcelona y Londres, habían sido los epicentros de un movimiento global. En esas noches, los mensajeros en bicicleta se enfrentaban a ciclistas amateur y profesionales, diseñadores y fotógrafos encontraban su lienzo, y todos juntos formaban un ecosistema en torno a las bicicletas sin frenos en circuitos urbanos.

Tras unos años de crecimiento exponencial, llegó la repentina noticia de su pausa indefinida. Algunos confiaban en que fuera un único año en blanco, pero la desaparición del campeonato por excelencia en esta disciplina dejó una sensación de vacío, como si todo un movimiento hubiera llegado a su fin con él.

La respuesta de Zúrich

Ese mismo año, 2018, otra ciudad tomó el relevo. En Zúrich, un grupo de ciclistas organizaron lo que al principio parecía un experimento local: un critérium de piñón fijo a finales de verano por las calles de la ciudad, bajo el nombre de Zuricrit. La primera edición ya tenía una esencia profundamente conectada con el espíritu de Red Hook Crit.

No intentaron un reemplazo —en ese momento, aún no se había anunciado la cancelación del Red Hook Crit—, simplemente buscaron demostrar que las carreras de piñón fijo no estaban muertas.

La edición inaugural marcó la pauta de lo que Zuricrit se convertiría: una carrera con atractivo internacional, aunque conservando su toque local y único. Eamon Lucas ganó el crit masculino de piñón fijo y prácticamente no se ha perdido ninguna edición desde entonces. Margaux Vigié añadió el crit femenino de 2018 a su palmarés de piñón fijo antes de adentrarse en la escena del ciclismo de carretera, ahora compitiendo para el Team Visma | Lease a bike.

Creciendo año tras año

Lo que destacamos de Zuricrit no es que comenzara, sino que nunca se detuvo. Muchas carreras intentaron seguir el camino de Red Hook a finales de la década de 2010, pero la mayoría se rindió después de uno o dos años. El criterium de Zúrich siguió regresando, cada agosto, creciendo poco a poco. Cada año, las barreras eran más altas, la multitud más numerosa, y la participación más envidiable.

Hasta 2022, Zuricrit era exclusivamente de piñón fijo, pero la introducción del critérium de carretera convenció a varios ciclistas profesionales de unirse a la fiesta. Esto también congestionó el programa del evento, retrasando las finales de piñón fijo hasta altas horas de la tarde y convirtiéndolas en carreras nocturnas.

Para 2024, año en que se añadió la carrera por puntos en la agenda, el evento atraía ya a nombres mucho más allá del panorama fixed-gear tradicional: ciclistas profesionales de carretera y pista, curiosos por ponerse a prueba en un entorno donde un error puede acabar con la carrera. John Degenkolb, Stefan Bissegger y Mauro Schmid son algunos de los profesionales más destacados que han competido en Zúrich en los últimos años, atreviéndose incluso a participar en ambas disciplinas para desafiar a los verdaderos especialistas del piñón fijo.

La edición de 2025

El evento de este año, celebrado el 16 de agosto, ofreció todo lo que los aficionados al piñón fijo anhelan. Entre los participantes se encontraban ciclistas profesionales de carretera, especialistas internacionales en critérium y aficionados incondicionales del piñón fijo. La carrera ofreció justo lo que el público buscaba: velocidad, caos y suspense. Cada vuelta era una lucha por la posición; las curvas obligaban a los ciclistas a arriesgar sus trazadas, las rectas exigían acelerar a fondo una y otra vez.

Tras un día entero de competición, desde las clasificatorias por la mañana hasta las carreras para los más pequeños y, más tarde, la final, la ceremonia del podio estuvo repleta de leyendas de la disciplina de piñón fijo y jóvenes promesas del ciclismo. Algunos no tuvieron la oportunidad de experimentar cómo fueron aquellos años del Red Hook Crit, pero aun así se sumergieron en la atmósfera similar que se respiraba en las vibrantes calles de Zúrich.

Meret Zimmermann ganó la final femenina, seguida por Selina Burch en segundo lugar y Paola Panzeri en tercera posición. La italiana, que ha terminado entre las cinco primeras en siete de las ocho ediciones del Zúrich, es una de las pocas que ha seguido apostando por las carreras de piñón fijo a pesar de la falta de carreras en el calendario.

La final masculina también fue tremendamente emocionante. Alec Briggs, uno de los miembros del reconocido Team Specialized – Rocket Espresso que dominó durante varios años la escena del piñón fijo, se alzó con la victoria en su primera participación en el Zuricrit. Como ciclista todoterreno, Alec sigue compitiendo en estos critériums siempre que tiene la oportunidad, con múltiples victorias en los últimos años en el Rad Race Last Man Standing. El podio lo completaron algunos de los corredores con mejor trayectoria en la disciplina, como Oliver Leroy, segundo, y Tim Ceresa, tercero.

Un legado vivo

En cierto modo, el Zuricrit no pretende ocupar el sitio de Red Hook Crit, porque esa competición es insustituible. Lo que ha hecho, en cambio, es demostrar que la cultura que David Trimble y su equipo fueron capaces de construir sigue vigente. La carrera de Zúrich ha forjado una tradición propia, una que no se basa en la nostalgia, sino que continúa creciendo hasta convertirse en algo contemporáneo y relevante. Es, a la vez, un homenaje y una evolución.

Al ver a miles de personas llenando las calles de Zúrich este año, teléfonos móviles intentando seguir a las bicicletas sin frenos que entraban a altas velocidades en las curvas bajo los focos, era imposible decir que las carreras de piñón fijo se han convertido en cosa del pasado. Zuricrit ha demostrado que la disciplina aún tiene un escenario en el que llevarse a cabo y, quizás lo más importante, que aún tiene futuro.