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Artesanos Colombianos: Agustín Hincapié

A medida que pasa el tiempo y conocemos más acerca del ciclismo colombiano, mayor es nuestra atracción por su historia, personajes y hazañas. De igual forma, nuestra expectación se dispara al oir hablar de constructores de cuadros locales que fabrican auténticas joyas bajo la firma made in Colombia.

Empezamos a investigar y a conocer a los framebuilders más reconocidos del país. Sin dudarlo ni un momento, decidimos al unísono que teníamos que escribir una serie de artículos dedicados a artesanos colombianos, con la intención de ofrecer la visibilidad internacional que se merecen.

Agustín Hincapié (Medellín)

Tenía 18 años cuando, Tino, como comúnmente se conoce a Agustín Hincapié, dedicaba parte de su tiempo a competir en carreras de nivel amateur. Reconoce que no era un ciclista destacado. Nos confiesa, humilde, que siempre andaba entre la mitad y la cola del pelotón. Esa diferencia de nivel respecto a sus compañeros es una de las razones por las que Tino siempre estaba atento y aprendiendo de los mejores, tratando de mejorar su rendimiento para obtener mejores resultados.

Un día, mientras ojeaba una revista de ciclismo, leyó en un artículo que las bicicletas de los campeones estaban hechas a mano especialmente a medida para cada uno de ellos, algo que sin duda sembró una semilla en el interior del colombiano. Una idea que ya no desapareció de la cabeza de Tino y que con el paso del tiempo empezó a coger fuerza, hasta el punto de decidir embarcarse en la aventura y aprender a fabricar bicicletas con sus propias manos.

“Pensar en el futuro de mi familia, fue lo que me hizo iniciarme en este mundo y emprender un camino que no fue nada fácil. Me puse a educarme desde cero. Mi amigo, Álvaro Gómez, me prestó un libro con información para aprender a soldar, pero estaba en inglés y no entendía nada. Sin embargo,con ilusión y esfuerzo, no me quedó otra opción que coger el libro con una mano y el diccionario en la otra.”

Los inicios resultaron muy complicados. Todo lo que aprendía lo hacía de forma autodidacta, a base de ensayo y error. Pedía consejo a amigos que tenían experiencia con tornos y pasaba horas y horas en el taller. Nos habla de la primera bici que fabricó, un cuadro de acero con tubería Super Vitus, que lució orgulloso entre su grupo de amigos con los que solía correr. Quedaron sorprendidos, y poco a poco la gente empezó a acercarse al taller a pedirle algunos encargos y pequeños trabajos. Desde entonces, Agustín no ha dejado de trabajar en lo que más le apasiona.

“Son más de 40 años haciendo bicicletas. Hubo períodos en los que llegué a fabricar 300 cuadros al año. En una ocasión me dio por revisar el histórico de clientes y calculé alrededor de 3.000 unidades en toda mi carrera.”

La vida en el taller

Mientras realizábamos la entrevista con Tino, él aprovechaba para enseñarnos, orgulloso, su puesto de trabajo. El lugar donde pasa la mayor parte del tiempo, rodeado de tubos de metal, retales y cuadros.

A lo largo de todos estos años ha trabajado con aluminio, acero y titanio y por sus manos han pasado tuberías Reynolds, Vitus, Columbus, Dedacciai y otras muchas. La gran mayoría de los cuadros que salen del taller de Hincapié son de acero. Él lo define como un material noble y el mejor por las cualidades que aporta. Por otro lado, apuesta por el titanio como compañero ideal para las bicis gravel, ya que proporciona un punto extra de confort con respecto al acero.

En cuanto al ensamblaje de tubería, trabaja tanto la técnica TIG como el blazing, siempre adaptándose a la mejor opción para cada material.

Tino nos cuenta que su trabajo no solo se limita a cortar y soldar tubos. En muchas ocasiones, la escasez de material supone un reto añadido a su día a día. Es común encontrarse con la situación en la que tiene que fabricar su propio juego de dirección o caja de pedalier. Con el grado de experiencia y conocimientos que posee, es capaz de fabricar casi cualquier pieza.

Personalización de principio a fin

A sus 67 años, Agustín Hincapié apuesta por la calidad y no la cantidad. No es ambicioso ni tiene grandes pretensiones de crecimiento, más allá de la evolución orgánica propia del oficio. Sí le gustaría seguir creciendo a nivel de visibilidad internacional, pero siempre, conservando la infraestructura de empresa actual y con el pequeño equipo de trabajo que ha tenido hasta ahora.

Geometría, selección de tubería, colores, componentes, etc. El nivel de personalización es extenso y totalmente a la carta. Uno de los principales objetivos de Tino es escuchar, asesorar y guiar de principio a fin a todos y cada uno de sus clientes.

Reconocimiento

Tras todos estos años de esfuerzo y trabajo, el reconocimiento a esta figura del framebuilding colombiano está más que justificado. La trayectoria que respalda a Tino y el gran abanico de posibilidades que proporciona a sus clientes lo convierten en uno de los constructores de cuadros locales más destacados del panorama.

No nos gustaría terminar sin agradecer a Agustín su amabilidad y disposición en todo momento para charlar con nosotros y compartir un pedacito de su historia. Queremos aprovechar la ocasión para dedicarle este reportaje a la madre de Agustín la cual, lamentablemente, falleció justo el día antes de esta entrevista.

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