No es la primera vez que escribimos un artículo sobre Ulrich Bartholmoes, ya que cada vez que se suma a una carrera su actuación supera todas las expectativas. Desde su debut y victoria en 2019 en Transpyrenees, carrera a la que se unió en busca de un desafío de larga distancia de autosuficiencia, ha ganado casi todas las carreras en las que se ha inscrito. Hoy en día necesita más de tres manos para contar el total de 16 carreras de 20 que ha ganado. Pero, ¿quién dice que esto sea una tarea fácil?
Race Around Rwanda es una carrera de gravel de autosuficiencia de 1.000 km de longitud alrededor de Ruanda, con más de 400 km de gravel en un recorrido que cambia cada año y desafía a sus participantes acumulando hasta 15.000 metros de desnivel positivo. Este año representó la tercera edición de la carrera fundada por Simon de Schutter, un evento que tanto le ha dado al país. No sólo ha abierto Ruanda a Europa, sino que también ha iniciado el movimiento y la organización social de Rwanda Beyond, el cual promueve el uso de bicicletas no solo como medio de transporte, y ayuda a los locales a iniciarse en el bikepacking, realizar salidas en grupo o inscribirse en competiciones de gravel.
Para muchos, esta carrera marcó el inicio del calendario de ultradistancia de 2023, y para Ulrich, eso no fue diferente. Volando allí con una semana de antelación, su idea era competir pero también viajar por el país en un ambiente más relajado después de la carrera. Ruanda es un país seguro, con gente acogedora, paisajes increíbles y caminos asfaltados y de gravilla perfectos.
Después de meses de anticipación, ‘Dirt, Swear and Fever’ es la película de Isaac Wilkinson que documenta cómo se sintió Ulrich los días antes, durante y después de esa carrera. Un viaje que no olvidará pronto ya que vivió una montaña rusa de emociones y estados físicos.
Brevemente, el día de la carrera se alineó con el resto de los 150 participantes a las 4.30 a.m. para iniciar la carrera. Estaba mentalmente preparado pero no estaba seguro de cómo respondería su cuerpo. Había padecido fiebre intensa durante los últimos cuatro días, y sólo el día anterior sintió una mejora. Había revisado dos veces su bicicleta y hecho sus maletas, pero esta era una situación que nunca antes había enfrentado, una aventura en la que decidió embarcarse y tomárselo como una experiencia de la que aprender.
«Este es un testimonio de la naturaleza impredecible del ultraciclismo. Nuestro objetivo era capturar la carrera, pero la fiebre inesperada convirtió nuestra historia en una perspectiva diferente, mucho más humana. Todo puede suceder, y eso hace que estos viajes sean tanto física como emocionalmente exigentes.»
¿Qué pasaría? ¿Cómo respondería su cuerpo? ¿Por qué empezar una carrera cuando no estás al 100%? Estas son preguntas que se responden en la película y no nos gustaría estropearlas. Narrado en primera persona, Ulrich realmente nos captiva desde el primer momento, describiendo cómo se sintió y lo que pasó por su mente. Esto se complementa con imágenes asombrosas de la carrera, la gente y el paisaje. Los ciclistas encontraron un asfalto ideal que se convirtió en grava suave y polvorienta y, finalmente, algunas secciones largas y duras de roca, todo ello rodeado de tierra roja, campos de hierba verde, pueblos poblados, bosques selváticos y montañas de hasta 3.000 m sobre el nivel del mar. ¿Qué representaría este escenario para los participantes?