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Una mañana con FUN Esteban Chaves y Spiro Bicycles

Durante nuestra estancia en Bogotá, uno de nuestros objetivos era conocer a las personas detrás de la Fundación Esteban Chaves, y Spiro Bicycles lo hizo posible. Organizaron una ruta en bici desde su tienda en la capital hasta el conocido Alto de Patios, en la cual pudimos comprobar de primera mano el talento de los ciclistas del equipo que nos acompañaron.

La FUN Esteban Chaves lleva el nombre del ciclista que nos ha cautivado con su sonrisa y sus actuaciones durante la última década. El ahora ciclista de EF Education—Easypost logró competir para un UCI WorldTeam tras superar no solo los obstáculos típicos de un ciclista, como lesiones o enfermedades, sino también una barrera adicional dado su país de nacimiento en un deporte que se centra en Europa.

Cuando Esteban llegó a Orica GreenEDGE en 2014, su padre, Jairo Chaves, centró todas sus energías en ayudar a Brayan a convertirse en ciclista profesional. “Si creas oportunidades para uno, deberías hacerlo también para su hermano menor”, expresó Jairo. En ese momento, Brayan tenía 17 años, y el club ciclista que dirigía Jairo no era suficiente para mostrar el talento necesario para captar la atención de los equipos de élite. Estos clubes acogen a ciclistas de todo tipo, algunos con más talento que otros.

Por eso, Jairo decidió crear un equipo de marca enfocado en la competición y que apoyara a los mejores ciclistas de la zona. Esto era inaudito en Colombia, pero tras gestionar todos los trámites con la federación nacional, la FUN Esteban Chaves se hizo realidad en 2016.

Desde entonces, más de 180 ciclistas juveniles han formado parte del equipo, siendo Santiago Buitrago y Einer Rubio los más exitosos, quienes siguen demostrando en las Grandes Vueltas lo aprendido durante su etapa adolescente. Brayan Chaves consiguió un contrato de stagiaire con el Mitchelton-Scott y luego se unió al equipo de desarrollo del equipo australiano. Todo parecía ir por buen camino hasta que llegó la pandemia. Brayan se vio repentinamente en tierra de nadie, poniendo en pausa su proyecto de vida. Al principio, no quería ni oír hablar de bicicletas, pero su padre lo animó a participar en la primera edición de la carrera gravel Transcordilleras, donde descubrió una nueva pasión que lo ha convertido en uno de los mejores ciclistas de gravel de Sudamérica.

Incluso aquellos que en algún momento formaron parte del equipo pero no llegaron a poder vivir del ciclismo se beneficiaron enormemente de sus años en la Fundación. Jairo recalcó la importancia de enseñarles los valores que necesitarían una vez fuera. «En la casa del equipo, aprenden a cocinar, a lavar la ropa, a limpiar la bicicleta y más. Algunos estaban acostumbrados a que sus padres se encargaran de todo, pero queremos que sean autosuficientes», dijo Jairo. La casa en Tenjo, al norte de Bogotá, tiene espacio para hasta 20 ciclistas, y aunque la mayoría sigue viviendo con sus padres, los originarios de otras partes de Colombia son los que pasan más tiempo allí.

Un ejemplo de su disciplina es que todos llegaron puntuales a nuestra salida. Tras conocer Spiro Bicycles y su catálogo actual de bicicletas de carretera y gravel para todos los presupuestos, nos dirigimos al Alto de Patios, la subida que los locales suben a diario. Este tramo cuenta con más de 2,8 millones de intentos registrados en Strava.

Aprovechamos los kilómetros previos a la subida para charlar con los tres jóvenes ciclistas, pues sabíamos que una vez que llegáramos a las empinadas rampas a más de 2600 metros de altitud, nos faltaría el oxígeno necesario para mantener una conversación.

William Quintero, Santiago Silva y José Luis Morales, todos nacidos en 2007, demostraron su madurez a pesar de su corta edad. Forman parte del selecto grupo de ciclistas que destacaron en el proceso de selección que el equipo realizó a principios de la temporada pasada. Incluso quienes ya formaban parte del equipo tuvieron que confirmar su nivel si querían seguir formando parte de la Fundación, lo que demuestra que vestir la equipación del equipo significa estar entre los mejores ciclistas jóvenes del país.

Se notaba en la forma en que todos los ciclistas que adelantamos camino a la cima los miraban, susurrando “Son los de la Fundación” e intentando seguir la rueda de las bicicletas Spiro Legend color amarillo mostaza.

Spiro comenzó a colaborar con la Fundación hace un par de años cediéndoles un lote de bicicletas. La colaboración oficial entre la joven marca colombiana de bicicletas y el equipo se firmó en marzo de 2024 y fue un gran paso para ellos, ya que podrían competir con bicicletas de carbono que ya habían sido probadas en las competiciones nacionales más importantes.

Paramos a tomar un chocolate caliente, esperando a que llegara el coche del equipo. Los chicos nos explicaron que el FUN funciona como un equipo profesional, con roles definidos en cada carrera. La mayoría de los equipos compiten sin instrucciones claras y cada uno corre por su propio éxito. Según Jairo, el nuevo director deportivo, exciclista, ha proporcionado al equipo la táctica de carrera y la agresividad que necesitaban.

Existe una clara similitud entre FUN Esteban Chaves y Team Amani, y aunque no conocían al equipo de África Oriental, coincidieron en la importancia de la visibilidad en redes sociales.

“Hoy en día, las redes sociales te permiten mostrar todo lo que haces, pero en los 80 se perdió mucho talento porque no había forma de demostrarlo. Estos chicos nacieron en una época con más competidores, pero también con más ventajas.” – Jairo Chaves

La familia Chaves está totalmente involucrada en el equipo. Jairo es el Director General, dando consejos a los corredores para que los apliquen tanto en su vida profesional como personal, pero también cuestionándolos como si fueran sus hijos. Carolina Rubio, su esposa, también estuvo involucrada desde el principio y es la Directora del Departamento de Salud. Esteban siempre se ha centrado en la parte ejecutiva, proporcionando al equipo los fondos necesarios y guiándolo. Brayan está actualmente a cargo del club escolar dentro del equipo, que acoge a 60 niños de Bogotá de entre 6 y 18 años y les ofrece entrenamiento en el velódromo local.