Hacer ejercicio está directamente relacionado con una mejora del estado físico y de la salud mental. Hay multitud de estudios que avalan estas afirmaciones y, cualquiera que practique deporte de forma regular, podrá confirmarlo. La interacción social y la distracción propia del ejercicio físico hacen que esta actividad sea una de las formas más adecuadas de aliviar enfermedades y malos síntomas como el rechazo social o una baja autoestima, así que si necesitabas una razón adicional para salir en bici, aquí la tienes.
Hoy en día Jack monta en bicicleta para ponerse en forma y lograr sus objetivos de ultra resistencia, pero en el pasado salir a rodar era la única forma de combatir sus problemas mentales. En su época de adolescente se comenzó a juntar con con el grupo de gente equivocado, y comenzó a salir de fiesta y tomar drogas, por lo cual acabó en tratamiento. Necesitaba algo que le hiciera evitar tentaciones, y ya que anteriormente había montado en bici frecuentemente, su padre le sugirió retomarlo como terapia para dejar atrás la crisis mental que tuvo.
En lugar de luchar por conseguir una trayectoria profesional dentro del ciclismo, el atleta australiano comenzó a realizar aventuras con su bicicleta, no precisamente rutas de múltiples días sino largas salidas que le proporcionaron la resistencia necesaria para enfrentarse a grandes retos como los que ha completado estos últimos años. Algunos de los desafíos realizados incluyen recorrer 50.000km en un año o realizar el Taiwan KOM en cuatro ocasiones sin parar. En 2015 dejó su trabajó, centró sus esfuerzos en la bicicleta y logró ganarse la vida con ello.
Después de todo lo que le ha sucedido, Jack ahora quiere ayudar a las personas que estan tristes o deprimidas, y les ayuda a darse cuenta de que no es algo fuera de lo común. Como él dice, “it’s OK not to be OK”, y todo el mundo debería atreverse a hablar en voz alta de sus problemas, que es algo difícil de aceptar para determinados grupos demográficos.
Durante un par de eventos promocionales en los que formó parte en Bélgica y Países Bajos, el ciclista australiano predicó su mensaje y mostró el vídeo resumen de uno de sus últimos proyectos, el Grand Tours Everesting Project. El pasado verano completó durante tres días consecutivos el conocido Everesting challenge, subiendo en primer lugar el Passo Stelvio en Italia el 1 de agosto, el Col de la Bonette francés el día siguiente y el Port d’Envalira en Andorra como colofón final, para un total de 41 hours de ascenso. Los asistentes del evento en Brujas tuvieron la suerte de visualizar el vídeo entero, mientras que el resto deberemos esperar unos días más. El trailer ya está disponible, y uno podrá comprobar qué se siente al recorrer 810 km y ascender 27.768 m en apenas tres días.
Al dejar la ciudad belga atrás, Jack se dirigió a Amsterdam para realizar una de sus charlas en el nuevo centro para la bici llamado “Ride Out”, localizado cerca del estadio olímpico. El psicólogo Niki Schalken se unió al evento, y realizó un análisis de la historia de Jack bajo una perspectiva profesional, ilustrando el estado de la salud mental en la sociedad en la que vivimos. Juntos, realizaron un preguntas y respuestas para abordar el tema con los presentes.
Él disfruta ayudando a la gente de esta forma, y no tiene ninguna intención de dejar de ofrecer sus consejos en el corto plazo. De hecho, uno de sus objetivos fuera de la bicicleta es poder realizar una TED talk próximamente hablando del ejercicio y la salud mental, incluyendo trucos y consejos acerca de cómo sobreponerse a las adversidades.
Ya que no mucha gente se atreve con los desafíos que Jack completa con relativa facilidad, es difícil para él tener un punto de referencia sobre cómo afrontar tal cantidad de horas encima del sillín, qué y cuándo comer o el momento ideal para descansar.
El pasado octubre fue desde Girona hasta Caramulo (Portugal) en bici sin descansos, completando los 1.200 km de distancia y 12.000 m de desnivel positivo en 59 horas. Lo gracioso de esto es que fue un reto bastante improvisado, ya que lo único que tenía planeado en su agenda era un evento de gravel en Portugal y se decidió a ir hasta allí con su bici, dando la casualidad de que coincidió con el Día Mundial de la Salud Mental.
El primer día no tomó suficiente cafeína y literalmente cayó dormido, pero con una breve y recuperadora siesta fue capaz de continuar. Ese no fue el único contratiempo, ya que el coche de apoyo tuvo varios problemas mecánicos que crearon una cierta incerteza. Para culminar el registro de desgracias, la batería del sistema electrónico de su bicicleta se quedó sin batería a 30 km de llegar, con mucho desnivel aún por superar, así que las horas finales del desafío no fueron demasiado agradables.
A lo largo del recorrido él y su equipo aprendieron unas valiosas lecciones relacionadas con la nutrición; aunque su plan era realizar todo el trayecto con comida “real” (principalmente pastelitos de arroz), se dio cuenta de que la exposición solar estaba echando a perder los alimentos que habían preparado, así que decidió cambiar estos pastelitos por barritas y geles. En nutrición, la prueba y error está siempre presente, y ellos (él y su pareja) continúan experimentando con formas de tener acceso a la comida, y diferentes sabores para facilitar la ingesta durante los retos.
Aunque sus objetivos para 2020 ya están marcados, Jack está disfrutando estas últimas semanas de varias aventuras en gravel con sus compatriotas y ciclistas profesionales Lachlan Morton, Nathan Haas o Freddy Ovett, ya que ninguno de ellos está entrenando específicamente para nada en este momento. Hablando de profesionales, recientemente Laurens Ten Dam, que se retiró esta temporada tras una larga y exitosa carrera, se acercó a Girona para unirse a Jack en una salida extrema a la par que divertida de dos días en las profundidades del bosque catalán donde durmieron en un lavabo público y se alimentaron a base de cualquier cosa que encontraron, pero con increíbles paisajes y caminos. Juntos grabaron un interesante podcast sobre ciclismo y salud mental, que recomendamos encarecidamente.
Varios de los retos de Jack para la próxima temporada son en gravel, mientras que otros se llevarán a cabo en carretera e incluso bicicleta de montaña, así que al parecer cada uno de los desafíos exigirá lo máximo de él de una manera diferente.
Para el próximo año quiere participar y ganar la Dirty Kanza XL, la versión extendida (560 km) de la famosa carrera de gravel americana. También viajará a Bután para formar parte de la considerada carrera más dura del mundo en mountain bike. Con 268 km (la mayoría por encima de los 2.000 m de altitud) y 4 largos puertos, requiere una gran valentía y forma física incluso para acabar la carrera en el tiempo límite. De vuelta a la carretera, este año Jack vivirá el Tour de Francia de una manera diferente al resto de aficionados; dará una ventaja de 10 días a los profesionales y les intentará atrapar antes de que lleguen a los Campos Elíseos, rodando todo el día e incluso por la noche.
Como el resto de atletas de ultra distancia, él intenta encontrar formas de distraerse encima de la bicicleta. En su caso, él escucha música y realiza problemas matemáticos, sin prestar demasiada atención al paisaje.
Como hace en cada ocasión, antes de enfrentarse a sus retos, se mirará frente al espejo y se convencerá a él mismo de que es capaz de conseguirlo. En el momento que empiece a sufrir, recordará lo que se prometió que lo conseguiría, y no hay nada peor que decepcionarse a uno mismo, ¿verdad?
Tener cuidado porque nos ha dicho que, honestamente, no ha encontrado ninguno de los desafíos realizados hasta ahora suficientemente exigentes, así que si creéis que hay algo que el ser humano no sería capaz de completar, retar a Jack, o como mucha gente ya le conoce, “El Atleta más Extremo del Planeta Tierra”.
Fotos de: Sami Sauri / Zac Williams