Santa Vall fue originalmente una carrera de un día para BTT llamada Gironès MTB Challenge, con ciclistas locales y algunas figuras internacionales recorriendo los senderos alrededor de Sant Gregori, Cataluña. En 2021 el gravel entró en escena, y ese año el evento organizó dos carreras diferentes en paralelo para dar cabida tanto a aquellos que quisieran descubrir esta versión alternativa del ciclismo, como también a los fieles a los manillares planos. Convivieron hasta el año pasado, pero en 2024 todo ha girado entorno al gravel.
Del mismo modo que los corredores de ruta dicen que ya no hay carreras de preparación en el calendario, pudimos ver que corredores de todo el mundo llegaban a Sant Gregori en plena forma y con ganas de demostrar sus habilidades ya en la primera carrera del año para la mayoría de ellos. No había lugar donde esconderse si no se hicieron los deberes durante el invierno.
Atrayendo a corredores de gravel de todo el mundo
Más de 400 participantes de todo el mundo se congregaron el pasado viernes 16 de febrero para la primera de las tres etapas del evento. El formato era nuevo ya que, además de la etapa de segmentos cronometrados del año anterior, el fin de semana comenzó con una cronoescalada, y una etapa circular con salida masiva cerró el telón.
Las carreras de varios días son interesantes porque te permiten pasar más tiempo con los demás participantes. El campo base de Sant Gregori también fue el escenario perfecto para pasar un buen rato después de cada etapa, contando lo sucedido mientras uno se atiborra de la variada comida y bebida disponible.
Revisamos la lista de inscritos de antemano, por lo que ya conocíamos a los corredores de clase mundial que lucharían por la victoria general, pero aun asi verlos juntos en la línea de salida fue impresionante. Desde el lado femenino, nos centramos inicialmente en la presencia de la actual ganadora de Unbound, Carolin Schiff, y de algunas las mejores especialistas en la disciplina como Annabel Fisher y Amity Rockwell. No obstante, algunas corredoras hasta ahora desconocidas pondrían sus propios nombres en el boca a boca de los entusiastas del gravel. En cuanto a los hombres, simplemente nombremos algunos de los titulares para que puedas hacerte una idea del nivel general: Mattia De Marchi, Jasper Ockeloen, Payson McElveen, Petr Vakoc, Hans Becking.
Etapa 1 | Cronoescalada
Una subida corta pero empinada dio el pistoletazo de salida a la Santa Vall. 6,3 kilómetros con 362 metros de desnivel separaban la salida en Sant Gregori del alto de Sant Grau. Incluso si determinadors corredores, debido a su histórico de resultado, tenían su propia posición de salida, la posición durante los primeros kilómetros sobre asfalto antes de llegar a la sección todoterreno era clave. Fue un comienzo frenético, al estilo ciclocross.
La ascensión era de todo menos constante, lo que dificultó mantener una potencia marcada. Los corredores afrontaron en su camino hacia la cima unos repechos muy pronunciados y un final técnico rocoso, por lo que la meta fue un espectáculo de caras de cansancio.
Las mujeres fueron las primeras en largar y entre ellas, Ashleigh Moolman Pasio fue la más rápida en llegar a la cima. Klara Sofie Skovgaard y Morgan Aguirre también terminarían segund y tercera de la primera etapa, con un par de ciclistas más dejando escapar el podio por unos pocos segundos.
Poco después, Petr Vakoc cruzó la meta como el primer corredor masculino. Joe Laverick fue segundo después de liderar la carrera durante la mayor parte de la subida, y Asbjorn Hellemose fue tercero. Los tres comparten experiencia en la carretera y probablemente no sea por casualidad. Han corrido muchas contrarreloj y demostraron que son capaces de dominar un esfuerzo máximo como este. También, heredado de su vida ciclista anterior, Joe y Asbjorn, apostaron por los marginal gains en cuanto a aerodinámica y peso al quitarse los portabidones y usar monos y calcetines aerodinámicos. Cabe destacar el ambiente que se vivió en la cima de Sant Grau, con los corredores animando a los que luchaban por cruzar la meta.
Tras el esfuerzo, descendieron de regreso a Sant Gregori para la presentación oficial de las Gravel Earth Series. Santa Vall es una de las 14 pruebas del grupo Gravel Earth (también hay un grupo ‘Gravel Earth Global’ compuesto por 5 carreras con más puntos en juego) y los ganadores se iban a llevar 750 puntos. La clasificación final incluye las dos mejores puntuaciones del año más los puntos de la gran final. Los equipos y ciclistas individuales llamados a liderar las Gravel Earth Series también subieron al escenario para compartir sus pensamientos sobre esta segunda edición de la serie y sus objetivos para el año.
Etapa 2 | Segmentos cronometrados
Teniendo en cuenta que la mayoría de los corredores regresaron a sus respectivos alojamientos pasadas las 19:00, la recuperación de cara a la segunda etapa, que arrancaba a las 9:00 horas, era primordial.
El recorrido del sábado contaba con 72,6 kilómetros y 830 metros de desnivel positivo. Sólo se cronometró una parte, más concretamente dos tramos de 23 y 25 kilómetros de longitud, respectivamente. La clasificación de etapa quedó determinada por la suma de los dos segmentos antes mencionados.
En teoría era una salida abierta, ya que los corredores fuera del top 50 de la etapa anterior podían elegir comenzar en cualquier momento entre las 9:15 y las 10:00. Sin embargo, la mayoría de ellos iniciaron su esfuerzo en cuanto abrieron la valla.
La aproximación al primer tramo fue mayoritariamente llano y parte del mismo siguió la famosa Via Verde, abierta al tráfico de ciclistas y excursionistas locales. El ritmo en el grupo de los 50 mejores hombres fue conservador, pero un gran grupo de corredores que venían de la salida abierta realmente apretaron en la sección neutralizada y, poco después del inicio del primer segmento, alcanzaron a parte de los élite. Por el contrario, también pudimos ver cómo Asbjorn Hellemose, tercero en la primera etapa, dejaba ir al grupo de cabeza para iniciar él solo el esfuerzo y poder elegir la mejor trazada.
Como puedes leer, los ciclistas siguieron diferentes estrategias, algunos apretando solo en los segmentos y otros apenas pisando el freno en todo el día. Eso llevó a un gran reagrupamiento antes del inicio del segundo segmento, y a los corredores les resultó difícil saber dónde estaban en la clasificación en ese momento.
Aquellos que se inscribieron en la carrera esperando caminos de gravel suaves durante tres días seguidos fueron pillados por sorpresa, ya que algunas de las subidas y descensos fueron bastante técnicos. Incluso hubo un par de sitios en los que no quedó otra opción que bajarse de la bicicleta y empujarla por las estrechas y empinadas cuestas. Por un lado, los que competían con zapatillas de carretera tuvieron dificultades y reconsideraron su elección para el día siguiente. Por otro lado, algunos corredores, bien por ser residentes en Girona o por haber llegado a Cataluña con tiempo suficiente para hacer un reconocimiento la carrera, ya conocían algunas de las ‘trampas’ que los organizadores pusieron en el recorrido.
En la meta, vimos a varios corredores acercarse a Gerard y decirle “gracias” por amenizar el recorrido con esos segmentos más técnicos. También es muy posible que otros pensaran completamente lo contrario. El otro tema de conversación fue el nivel excepcional de los corredores que participaron en la carrera. Incluso tuvieron que empezar la entrega de premios casi una hora antes de lo previsto porque los corredores llegaron mucho antes de lo previsto.
Se sumaron los tiempos de los segmentos y se elaboró la clasificación de etapa, por lo que llegó el momento de convocar al podio a los tres corredores más rápidos por categoría. Hans Becking fue el más rápido y redujo su déficit en la clasificación general a unos escasos cuatro segundos. David Lozano y el líder Petr Vakoc redondearon el podio. Morgan Aguirre also acechó el liderato de Ashleigh Moolman al ser la más rápida en los segmentos cronometrados, pero Ashleigh, que quedó tercera en la etapa, comenzaría el último día como la mujer a batir.
Etapa 3 | Salida simultánea
La última de las tres etapas fue un circuito de 115 km en el que la mayor parte del desnivel se concentró en el primer tercio. Múltiples subidas, algunas de ellas sobre asfalto, fueron seguidas inmediatamente por algunos descensos técnicos que pusieron a prueba las habilidades de los corredores, creando las diferencias que serían decisivas para la etapa y la general. Muchos participantes fueron más allá de sus límites intentando seguir a los de delante y acabaron en el suelo.
Los ciclistas unieron las conocidas subidas de Els Àngels y Santa Pellaia a través de amplios caminos de grava y luego descendieron hasta Cassà de la Selva. Luego rodarían por una zona llana y expuesta durante varios kilómetros antes de afrontar los últimos obstáculos que les separaban de la meta en Sant Gregori.
Las mujeres empezaron a las 8:30, una hora antes que los hombres, y el grupo de cabeza mantuvo gran parte de su ventaja, mientras que las demás fueron alcanzadas por los hombres más rápidos a lo largo de la manana. Eso nos permitió cubrir los momentos finales de las mujeres que terminaron primero, registrar sus impresiones sobre el día y fijar nuestra atención de nuevo en la línea de meta para la llegada de los hombres.
Ambas carreras se decidieron en los últimos momentos. Ashleigh Moolman y Petr Vakoc, que empezaban el día como líderes de la clasificación general, sabían que manteniéndose en el grupo de cabeza conseguirían la victoria absoluta, pero todos los demás tenían que intentar algo si querían irse de Santa Vall con al menos una victoria de etapa en el bolsillo.
Ashleigh se sentía tan bien que incluso intentó irse en solitario, y sobre el kilómetro 40 tenía una cómoda ventaja. Fue atrapada en el largo tramo llano por el grupo perseguidor de cuatro ciclistas, y las cinco cooperaron como si fueran compañeras de equipo. Luego llegó el momento de las tácticas y Geerike Schreurs logró crear una brecha en los últimos cientos de metros que pudo mantener hasta la línea. Fue realmente inspirador verlas felicitándose y riendo como un grupo unido, algo que no se ve en otros deportes o disciplinas.
Alrededor de las 13.00 horas, el speaker anunció que los líderes se acercaban a la meta. Desde lejos vimos a Asjborn Hellemose a poca distancia de sus perseguidores, y apenas tuvo tiempo de levantar las manos en el aire y celebrar la victoria. Detrás de él, Jasper Ockeloen ganó el sprint del grupo y Sascha Weber completó el podio.
De vuelta a la calma
Durante las siguientes horas, el recinto de Sant Gregori se llenó de ciclistas que terminaban su notable esfuerzo y de amigos y familiares que querían sentirse parte de la gran comunidad gravel fomentada durante el fin de semana.
Tras la ceremonia del podio final, que premió a Ashleigh Moolman y Petr Vakoc como ganadores de Santa Vall, los participantes emprendieron el camino de regreso a Girona. Al final del fin de semana, quienes se alojasen en la meca europea del ciclismo conocerían el trayecto de 5 kilómetros que separa la ciudad de Sant Gregori como si fuera la palma de su mano.
En definitiva, los corredores regresaron a casa con una buena dosis de competición bajo el brazo y, dado que las pruebas de mayor relevancia no se reanudarán hasta finales de abril, todos ellos afinarán sus preparativos y volverán a la competición lo más en forma posible. Prepárense, ya que ha quedado demostrado que hoy en día hay que estar muy, muy ferte, para ser competitivo en un evento de gravel como este.