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Ridley GRIFN: Versatilidad y confort en una sola bici

El crecimiento exponencial del gravel y el hecho de que esta categoría comparta parte de su ADN con la carretera, hacen que cada vez más tenga más sentido tener la oportunidad de disponer de una sola bici que te permita disfrutar de ambas disciplinas. Es por esta razón que muchas marcas ya están apostando por ello, reconociendo el all-road como una categoría más dentro de su catálogo.

La firma belga Ridley, reconocida por su trayectoria en el ciclismo profesional de carretera y su histórica aportación al ciclocross, con 21 títulos mundiales, ha presentado recientemente la GRIFN. Una nueva bicicleta todo terreno, pensada y diseñada para desenvolverse perfectamente en carretera y gravel.

Conociendo la GRIFN

El nuevo modelo de Ridley, bautizado como GRIFN (criatura con cuerpo y piernas de león, y cabeza y alas de águila), no solo viene preparado para afrontar rutas en gravel o carretera sino que también está diseñado para aportar un sinfín de posibilidades en cuanto a configuraciones y accesorios.

El cuadro, fabricado en carbono, cuenta de una geometría centrada en la estabilidad y el confort, combinando el rendimiento de una bici de carretera y el aplomo del gravel. Viene montada con un eje de pedalier BB86, algo más bajo que en la Kanzo Fast, y tienes opción a escoger entre montar uno o dos platos.

La GRIFN dispone de un paso de rueda que permite el uso de neumáticos de hasta 40mm en la versión monoplato, y 38mm si usamos doble plato. El máximo son 32mm en caso de equipar guardabarros.

El conjunto integrado de manillar y potencia ha sido diseñado para tener más confort y control al reducir la altura del drop y darle un poco de apertura. A su vez, han conservado el carácter aero y su total integración que nos permite tener toda la parte frontal libre de cables.

Igual que hicieron en la Kanzo Adventure, han instalado tornillos extra para poder montar los portabidones en diferentes posiciones en función del setup que más nos convenga para cada situación, pudiendo llevar dos bidones en el triangulo interior del cuadro y otro bajo el tubo diagonal. Además, cuenta con otros dos tornillos encima del tubo horizontal (camuflados por un embellecedor de goma) para poder usar una bolsa u otro accesorio, fijado directamente al cuadro y con acceso rápido mientras vamos en bici.

Siguiendo con los extras, el cuadro también está preparado para instalar internamente los cables de sistema de luces tipo dynamo sin tener que estropear la estética de la bici, además de la opción de usar guardabarros en ambas ruedas. Vaya, que igual puedes usara para salir en bici, como prepararla para una aventura de bikepacking, o para un uso más commuter en zonas más urbanas.

Por último, pero no menos importante, al escoger el montaje para tu GRIFN que se adapta mejor a tu perfil, puedes elegir entre una opción más carretera con Shimano 105 o 105 Di2, o bien, la versión gravel con Shimano GRX600 o GRX800. Otro detalle importante es que en todos sus montajes disponibles incorporan la patilla del cambio universal UDH (Universal Derailleur Hanger), que cada vez utilizan mas bicis y que te facilita encontrar recambio en la mayoría de tiendas de todo el mundo.

Puesta en acción

Tuvimos la ocasión de viajar a Tenerife para ver la GRIFN en persona y probarla sobre diferentes terrenos de la isla. La primera impresión al tenerla delante fue muy buena ya que, por su diseño y, salvando las diferencias en cuanto a geometría, nos recordaba a la Adventure que probamos hace unos meses y con la que disfrutamos mucho.

Tras una breve presentación de la bicicleta por parte del equipo de Ridley, nos hicieron entrega de la unidad que probaríamos a fondo durante todo el día. Nos encontrábamos expectantes por ver cómo reaccionaba sobre asfalto y gravel, y ver si la realidad cumplía con todo aquello que nos habían contado unas horas antes.

La primera parte del día la dedicamos a realizar una bonita ruta por las cercanías del Teide, en la que encontramos todo tipo de superficies. Es alucinante como en tan solo 25 km pudimos tener desde pistas perfectamente asentadas, gravilla, raíces, zonas secas, zonas húmedas, bosques frondosos, montañas de piedra volcánica… Si el objetivo era testar la GRIFN en todos los escenarios posibles, eligiendo ese destino estuvieron muy cerca de conseguirlo.

En cuanto a sensaciones, tenemos que reconocer que sobre terreno gravel nos sorprendió gratamente. La posición sobre la bicicleta, semejante a cuando vamos en carretera, nos permitía circular a gran velocidad, con paso firme y estable. El ancho de rueda era ideal, teniendo en cuenta que no es una bici puramente gravel, y con la presión de aire adecuada te permitía descender a grandes velocidades. Con respecto a las subidas, es evidente que han intentado encontrar un equilibro entre rigidez y confort, pero a la hora de afrontar una ascensión la bicicleta respondía de forma reactiva y con la sensación de no perder muchos wattios por el camino.

Llegada la tarde, cambiamos de localización y pasamos a probar la GRIFN sobre asfalto. Veníamos con muy buen sabor de boca y tocaba ver cómo se comportaba en la carretera.

Desde el momento en el que dimos la primera pedaleada, apreciamos que la posición tiene ese carácter más endurance en el que el ciclista va más relajado, cómodo y sin pretensiones de batir ningún KOM. La bici siguió comportándose realmente bien y cumplió con todo aquello que nos contaron. Además, la opción de montar neumáticos más anchos (en nuestro caso 32mm), aporta un extra de confort y te permite afrontar segmentos en el que el asfalto no está en muy buenas condiciones sin apenas importarte.

Obviamente, si eres escalador o buscas alto rendimiento en carretera, quizá esta no sea tu bici porque no está diseñada para ello pero, sin embargo, tenemos que reconocer que el equipo de ingenieros de Ridley ha sabido encontrar un punto intermedio muy equilibrado que te permite disfrutar muy satisfactoriamente de las dos disciplinas con una sola bici.

Evolución y posicionamiento

Con una larga experiencia en el sector (construyendo bicicletas desde 1977), Ridley, ha conseguido mantener su esencia de empresa familiar muy a pesar de la rápida evolución del mercado y de la entrada masiva de inversores que apuestan por el ciclismo.

La marca, que durante muchos años ha sido una gran impulsora del ciclocross, reconoce que desde hace un tiempo el auge del gravel está dando un importante giro a su producción de bicicletas. Si miramos un tiempo atrás, las ventas de bicis de ciclocross suponía un 30%, mientras que a día de hoy, supone un 1% y ese porcentaje está básicamente centrado en la competición. Por otro lado, la disciplina gravel se ha convertido en la gran protagonista, alcanzando un 46% del volumen total de fabricación de la marca (carretera un 34%, BTT un 17%, y E-Bike un 2%).

Estos números vienen a decir que la marca está haciendo las cosas realmente bien y ofrece bicicletas de una gran relación calidad-precio, y con la presentación de la GRIFN no hace más que reafirmarse en esa posición. Sin lugar a dudas, si existe una definición de all-road, este nuevo modelo de Ridley se acerca muchísimo a ella.

Fotos: Ridley Bikes archives