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África Oriental es el futuro epicentro del gravel

En cuestión de apenas un par de años, el calendario europeo se ha llenado de multitud de carreras de gravel que, junto con la ya consolidada escena americana, mantienen ocupados a los ciclistas durante todo el año. Con un enfoque alternativo, África Oriental ahora también se está convirtiendo en una fuente de carreras de gravel que, además del incentivo competitivo, brindan a los ciclistas una experiencia mucho mayor.

Durante la segunda quincena de junio se llevaron a cabo tres eventos off-road en el este de África, cada uno de ellos con su propio formato e identidad. El 17 de junio llegó el momento de la primera edición de la carrera de un día Safari Gravel. Apenas tres días después, la ya consolidada Migration Gravel Race celebraba una nueva edición en el Masai Mara, y varios de los participantes se desplazaron hasta Tanzania para afrontar el 27 de junio el reto de ultradistancia que suponía la Evolution Gravel Race.

Safari Gravel

Una de las razones por las que Safari Gravel salió a la luz fue proporcionar a los ciclistas una buena introducción a la escena gravel de Kenia, como prueba preliminar antes de la Migration Gravel Race. Está dirigida tanto a locales como a ciclistas de otros continentes, y los participantes podían elegir entre un recorrido de 60 o 120 kilómetros.

Tuvo lugar en el Parque Nacional Hells Gate en Kenia, muy conocido por la película El Rey León. Los pilotos extranjeros llegaron al campamento el día antes de la carrera, prepararon sus bicicletas y se dirigieron rápidamente al briefing. Nos podemos imaginar su reacción al escuchar que se usaría un helicóptero para despejar el camino de animales peligrosos.

Algunos ciclistas se lo tomaron con calma con su foco puesto en la Migration Gravel Race, incluso si el día después de Safari Gravel la organización planeó un día completo de descanso con la opción de ir a dar un paseo en bote o un safari. No fue el caso de Amity Rockwell y Mattia De Marchi, quienes fueron los más rápidos en la carrera de 120 km.

El lunes 19, los que asistieron a Migration Gravel partieron temprano para un viaje en autobús de 6 horas hasta la nueva localización. Los que tuvieron que volver a casa lo hicieron con una experiencia revitalizante a sus espaldas.

Migration Gravel Race

La edición de 2023 de la Migration Gravel Race constaba de 650 km repartidos en cuatro etapas, todas ellas en territorio Masai Mara. Si Kenia en su conjunto ya destaca por su flora y fauna, la parte suroeste del país es una verdadera joya con campos verdes, la conocida sabana y una buena cantidad de colinas.

Durante esos días, los afortunados participantes vieron en muchas ocasiones animales salvajes cruzando los caminos de gravel apenas a una docena de metros por delante de ellos. La primera vez nadie podía creer lo que estaba viendo frente a ellos, pero al final se acostumbraron. “Es una pena que a veces estuviera tan concentrado en la carrera que me perdiera algunos buenos momentos”, comentó Martí Vigo, exciclista profesional de ruta del Androni Giocattoli-Sidermec. Ya viajó al este de África para correr el Tour de Ruanda, pero estas competiciones off-road le permitieron estar más cerca de los animales salvajes que pueblan la región.

Algunos de los ciclistas de gravel más exitosos de Europa viajaron a Kenia. Hay que tener en cuenta que la Migration Gravel Race es parte de la Serie de Gravel Earth, por lo que, aunque la razón principal para la mayoría de ellos fue simplemente montar en bicicleta en otra parte del mundo, también hubo un incentivo competitivo. Adicionalmente, se les pidió explícitamente que compitieran lo más fuerte posible, para comparar su nivel con el de los ciclistas locales de África Oriental. “Necesitamos saber quién está listo para competir internacionalmente”, dijo Mikel Delagrange del Team AMANI. El equipo Gravel Café du Cycliste estuvo bien representado con cuatro ciclistas, lo mismo que Enough CC con Mattia De Marchi dispuesto a repetir su buen resultado del año anterior.

Aparte de eso, el entusiasmo por esta carrera en particular se tradujo en un lleno completo, por lo que los que lograron obtener una inscripción pueden considerarse afortunados. Para llegar al campamento inicial, la mayoría de los riders procedentes del extranjero que no participaron en Safari Gravel pasaron primero una noche en Nairobi y luego llegaron a su destino con un autobús facilitado por la organización.

“Dentro de cuatro días serán personas diferentes a las que son ahora”, dijo Mikel durante la sesión informativa de la carrera a las personas que estaban a punto de embarcarse en esta inspiradora experiencia.

Cada día, mientras los ciclistas avanzaban por el difícil terreno de Masai Mara, la organización montaba el campamento base para que pudieran encontrar su propia tienda de campaña y comenzar el proceso de recuperación tan pronto como terminaran. “Fue bonito ver a los Masais locales tan involucrados en las tareas de organización del evento”, destacó Lydia Iglesias del Gravel Café du Cycliste.

En el este de África hay alrededor de 12 horas de luz al día durante todo el año, por lo que cuando los ciclistas se ducharon ya casi estaba empezando a oscurecer. Lydia nos contó que el tiempo post etapa pasaba volando. “Después de hacer cola para comer, preparar toda la ropa y planificar la siguiente etapa, el tiempo antes de ir a dormir estaba casi terminado”, dijo. Aun así, pudieron disfrutar de la vida en el campamento, que tenían un ambiente encantador y estaban ubicados en hermosos lugares cerca de donde viven las jirafas y las cebras.

Todas las etapas fueron duras, con caminos rocosos y largas rectas en las que era difícil avanzar por la irregularidad del terreno. No obstante, con etapas de 160 kilómetros de media, también hubo muchos tramos de flow por single tracks y pistas de gravel suave. Esta carrera se llevó a cabo durante los meses de invierno en Kenia, por lo que las temperaturas fueron afortunadamente suaves, también porque los ciclistas estaban constantemente a más de 2.000 de altitud. En resumen, no hubo días fáciles, con el terreno jugando un factor más importante que el desnivel acumulado.

En cuanto a los resultados, Amity Rockwell fue la corredora más consistente y se adjudicó la Clasificación General de la carrera por delante de Madeleine Nutt y Maria Guðmundsdóttir. El mountain biker alemán Lukas Baum, quien confesó que participaba por primera vez en una carrera de gravel, inició su andadura en la disciplina con una notable victoria. Junto a él en el podio final estaban Lachlan Morton y Tanner Visnick.

Volviendo a los testimonios, tanto Lydia como Martí destacaron la excitación de los más niños locales cada vez que pasaba un ciclista por su lado, y lo asombrados que se quedaban todos con el nivel físico de los participantes, pues para ellos era difícil creer que uno pudiera cubrir semejante distancias en bicicleta. El atletismo es, de largo, el deporte principal en Kenia, por lo que hoy en día las personas que usan lycra mientras andan en bicicleta todavía se ven como bichos raros.

No todos pueden decir que han estado andando en bicicleta en Kenia, rodeados de algunos de los animales más majestuosos de la tierra. Sin duda fue una experiencia enriquecedora tanto para los extranjeros como para los locales, y todos salieron beneficiados de esta 3ª edición de la Migration Gravel Race.

“Creo que gracias a eventos como este y a todos los proyectos en los que está involucrado el Equipo AMANI, el ciclismo en África Oriental crecerá exponencialmente, y sería genial porque ahí hay muy buenos atletas” – Lydia Iglesias

Evolution Gravel Race

Respecto al año pasado, la Evolution Gravel Race cambió de formato y, aunque el recorrido se mantuvo igual, esta vez los corredores tuvieron que afrontarlo a través de dos etapas de 425 kilómetros en lugar de cinco más cortas. Nuevamente comenzó en el cráter de Ngorongoro y terminó junto al mar.

Hubo un descanso obligatorio de 12 horas entre etapas en un campamento organizado, que los ciclistas aprovecharon al máximo para dormir, comer e intercambiar historias con otros participantes. Este descanso comenzaba para cada corredor tan pronto como llegaban al campamento, sin importar la hora del día, por lo que para algunos era de noche mientras que otros tenían que detenerse durante el día y reanudar su intento ultra en la oscuridad.

Consideramos que este formato permite a los participantes disfrutar al máximo de todo el recorrido aunque en esencia no deja de ser una carrera de ultradistancia. Si los ciclistas ya sufren peligrosas alucinaciones mientras recorren los países más civilizados de Europa, la falta de sueño podría haber sido muy peligrosa aquí porque uno necesita estar completamente alerta en un lugar remoto como Tanzania.

Lachlan Morton ganó la Evolution Gravel Race y honró a su difunta amigo Sule Kangangi, quien obtuvo el primer lugar en la edición anterior. Lachlan completó los 850 km en un tiempo de 34 horas y 48 minutos.

El futuro epicentro del gravel

Algunas personas eran conscientes del potencial del ciclismo gravel en el este de África desde la noticia de la primera edición de la Migration Gravel Race, y muchos otros se subieron al tren del hype después de ver a sus amigos correr allí. No esperamos ningún evento de participación masiva en el área en un futuro cercano, pero con el formato actual de Safari Gravel, Migration Gravel Race y Evolution Gravel Race, los ciclistas tienen diferentes oportunidades de probar de qué trata el ciclismo en el este de África.

Como alternativa, cualquier aficionado al ciclismo pronto podrá utilizar las instalaciones de la casa AMANI, que actualmente se está construyendo en Iten. La meca del atletismo también se está convirtiendo en un centro de ciclismo todoterreno, y el saber hacer de los lugareños y otras personas involucradas en los proyectos en el área asegurará que este crecimiento constante continúe.

Fotos: Nadia Moro