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Gran Guanche: Audax Road 2022

Nos podemos atrever a decir que uno de los eventos ultraciclistas obligatorios en el calendario de cualquier fan de esta disciplina es la versión Audax del Gran Guanche. Después de la edición Trail en noviembre del año pasado, hace apenas unos días tuvo lugar la versión Road, que también recorrió el archipiélago canario de un extremo al otro. Así pues, un grupo de más de 50 ciclistas emprendió la carrera el 22 de enero partiendo de Lanzarote para llegar lo antes posible a la Gomera, la isla opuesta de las Canarias.

La carrera

El Gran Guanche no es una carrera fácil, ya que la logística es un factor muy importante a tener en cuenta para poder encadenar todos los trayectos en ferry de la manera más eficiente. Los organizadores de la ruta han optimizado todos estos tiempos para que no pierdas ni un minuto, y ese horario es el que tienen que seguir los corredores para triunfar. Las pausas son casi cronometradas y las velocidades medias se tienen que respetar. Si lo haces todo a la perfección, recorrer 600 km con 14.000 m de desnivel te tendría que llevar 32h 35min sobre la bici, con una media de 19.3 km/h, y a eso sumarle 5h 25min en los transbordos entre islas en ferry.

Como muchos ya anticiparon, el primero en llegar a meta fue Ulrich Bartholmoes, que completó el trayecto en 38 h 33 min, más o menos el tiempo estimado por la organización. De este modo, el alemán se ciñó al plan perfectamente, sin tiempo que perder en ningún lugar. Sin embargo, ganar no fue fácil, ya que detrás suyo llegaron Patxi Plazaola y Justinas Leveika con apenas 7 y 22 minutos de retraso, respectivamente. Ver tiempos tan ceñidos a la meta de una carrera de ultradistancia no es normal, pero en el Gran Guanche esto era de esperar ya que los ferries permiten que los de cabeza se reagrupen en cada puerto.

La llegada de las primeras mujeres fue algo parecida. La primera en llegar fue Annika Vossen, y a apenas 18 minutos llegaba Ana Orenz pisándole los talones. La tercera fue Sara Hallbauer. Así, de los 30 participantes que llegaron a meta, las mujeres lo hacían en mitad de la clasificación con muy buenos tiempos.

Queremos destacar también la participación de Daniele Fonelli que llegó 7 horas más tarde que Bartholmoes con la diferencia que él realizó toda la ruta en una bicicleta de piñón fijo. El corredor italiano, completó el recorrido y solo en subidas muy exigentes como el ascenso al pico de las Nieves o al Teide, cambió la relación (plato/piñón) por un algo más cómoda (47×22) y cuando tocaba bajar, giraba la rueda y volvía al piñón 17 que le permitía ir más rápido. Esta no es la primera hazaña de Fonelli, quien ya completó la Pedalma Madrid-Barcelona (685 km) también en fija acabando tercero.

Un archipiélago de emociones

Cuando uno se apunta a un evento de ultraciclismo lo hace en busca de un reto personal y de superación para aventurarse en un lugar nuevo. De esta forma, cada participante vive la carrera de un modo distinto ya que no es lo mismo intentar ganar la carrera que intentar acabarla, aunque seguramente el esfuerzo relativo será mayor para los segundos. Por eso, hemos querido hablar con Emilio Corrochano, quien tras disfrutar cada vez más de las largas distancias y meses de preparación se apuntó al Audax para ponerse a prueba y descubrir las islas Canarias.

Según nos contó, lo primero que notas al llegar a las islas es la diferencia de clima. Viniendo del invierno en Europa continental, pasar a 20 grados es un cambio al que cuesta un poco acostumbrarse. Sin embargo, esa es la temperatura media, pudiendo pasar de los 28 grados al mediodía a temperaturas glaciales cuando estás en alta montaña por la noche, lo que añade un extra de dificultad a gestionar.

Las islas y sus paisajes son espectaculares y aunque te enfrentes a subidas tan largas y duras con rampas de más del 20% como el Pico de las Nieves en Gran Canaria, mientras te envuelves de toda esa naturaleza todo el sufrimiento desaparece. Subes y bajas por carreteras serpenteantes, pasando de desiertos a paisajes verdes y húmedos, y cruzas de isla en isla pudiendo descansar un poco.

Además, a diferencia de otras carreras, en esta está permitido rodar en grupo, con lo que a pocos kilómetros de la salida ya se habían formado grupos por nivel en los que fluyen los relevos, las conversaciones, y se forjan amistades. No obstante, eso también puede ser una trampa ya que te puede forzar a seguir un ritmo más elevado al que estás acostumbrado, con lo que hay que saber dosificarse.

Resumiendo su experiencia, Corrochano ha quedado encantado con la organización, el ambiente, los paisajes, la gente que conoció, la calidez de la gente en los pueblos y todos los momentos que pudo compartir y vivir. Asimismo cuenta que la ruta es espectacular ya que evita grandes núcleos de población y horas puntas de tráfico, lo que te permite desconectar de lo cotidiano para vivir el momento. Así, con mirada nostálgica nos dice que sabe que volverá a las Canarias para recorrer esas carreteras, hablar con los locales y disfrutar nuevamente de la bicicleta.

¿Y ahora qué?

Si aún no habéis visitado las Canarias y además os apetece un reto, este año aún tenéis la oportunidad de participar en otra versión Audax de la ruta Gran Guanche. La versión Audax Gravel tendrá lugar el 19 de marzo con un recorrido intermedio entre la variante Trail y la Road adaptado para bicicletas de este tipo.