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Ceylin Alvarado, campeona del mundo de CX

Cuando este año Ceylin del Carmen Alvarado, la corredora del Alpecin-Fenix, decidió hacer el salto prematuro de categoría de sub23 a elite no se equivocó. El título de campeona absoluta del mundo de ciclocross fue la culminación de una temporada espectacular en la que Ceylin ha ido de menos a más. Originaria de República Dominicana, a los 5 años su familia se mudó a los Países Bajos, donde año tras año nos ha ido demostrando sus excelentes cualidades en esta disciplina tan técnica, explosiva y táctica que es el ciclocross. Después de unas más que merecidas vacaciones, hace unos días pudimos hablar con Ceylin, quien nos contó un poco sobre ella, su temporada y su pasión por el ciclismo. Todo ello con una actitud risueña y abierta  a lo largo de la entrevista, que fue acompañada de una sonrisa de oreja a oreja en todo momento.

¿Cómo nos describirías tus inicios en el mundo del ciclismo?

«El deporte ha estado siempre presente en nuestra familia. Nosotros empezamos en atletismo, pero mi padre al poco tiempo nos introdujo al ciclismo. Él, desde bien joven ya lo practicaba e incluso competía a nivel amateur y nos transmitió esa afición que dura hasta ahora. Comenzamos en ruta y al cabo de dos años probamos en ciclocross, que nos gustó mucho.»

¿Qué es lo que más te gusta del ciclocross?

«La diversidad. A diferencia de la ruta, en ciclocross cada carrera y circuito son distintos. El terreno puede ser seco o húmedo, tienes arena o barro, hay montañas pequeñas y tienes que bajarte y montarte en la bicicleta rápidamente. Son todos estos factores los que a mi me encantan. Es algo parecido al BTT, que también practico.

Además está la afición y el ambiente familiar que se respira. Yo intento compartir lo máximo que pueda con la gente. Todo empieza por la mañana en la zona de caravanas, donde nos piden autógrafos y fotos. Luego nos ven cuando probamos el circuito y, por ejemplo, al pararnos a practicar una sección, nos comentan cómo tendríamos que hacerlo,  como si fueran nuestros entrenadores (ríe). Durante la carrera nos dan muchos ánimos, quizá especialmente en Bélgica, dónde te hacen sentir como uno de ellos. También, les gusta mucho beber y creo que también contribuye a que te animen incluso más. Al acabar, se quedan horas y horas después de la carrera hasta que salgamos y puedan hablar un poco con nosotras. Es divertido, porque han aprendido alguna palabra en español para animarme, otros aficionados aún me preguntan cómo me he adaptado al frío, ¡pero es que ya llevo casi toda mi vida aquí!»

¿Cómo es el dia a dia para Ceylin?

«Mi dia a dia… Entreno todos los días, de modo que todos los días estoy montada en la bicicleta. Pero por ejemplo ahora que no estoy en plena temporada: me levanto, desayuno, compruebo el email, ayudo en casa y salgo con los amigos a comer algo, es un poco raro no estar entrenando al ritmo habitual . 

Si estoy en plena temporada es un poco distinto y toca escuchar al entrenador del equipo. Me levanto y por la mañana salgo en bicicleta. Llego al mediodía, como algo, y quizá entreno una segunda vez, pero ya en casa. Después, durante la tarde, descanso y salgo con mis amigos para escapar un poco de las cuatro paredes. Para acabar bien el dia toca comer bien y acostarme a tiempo.»

Has tenido una temporada espectacular ¿Como la resumirías?

«Esta temporada no me la esperaba para nada, pero fue maravillosa. Sabía que iba a ser algo muy bonito y que podía ir lejos, pero nadie esperaba que pudiera ir tan bien. Pienso que ha habido muchos factores que me han llevado hasta aquí. Por ejemplo, soy un año mayor y un año más fuerte, el equipo y el BTT me han ayudado mucho o el poder de dios. Como ciclista he aprendido y crecido tanto física como mentalmente, y aún creo que puedo seguir creciendo, pero el paso no será tan grande.

Claramente, el mejor momento de la temporada fue ganar el mundial, pero también estuvo la victoria en Koksijde (Bélgica), que es mi circuito favorito y fue mi primera victoria en una copa del mundo. El peor fue cuando me caí en el último tramo de Hoogerheide (Países Bajos), ahí  perdí la carrera y también la general de la copa del mundo. Fue un golpe duro.»

¿Qué te hace destacar respeto al resto de corredoras?

«Creo que la técnica es mi punto fuerte, pero también está mi manera de correr y pensar en las carreras, noto que es distinta. Sin embargo, la mayor diferencia es mi personalidad; soy una persona alegre y sociable que en todo momento está relajada y siempre con una sonrisa antes y después de la carrera. Además, intento tener una buena relación con las otras corredoras. Ser amigos es una gran palabra, pero somos buenas compañeras que nos respetamos en todo momento.»

¿Cómo te planteas una carrera?

«Si voy a una competición voy para ganar. También cabe decir que casi todas las carreras que he disputado han sido eventos importantes en el que me jugaba un título o una posición en la clasificación general del campeonato. Ha habido un par de carreras en el calendario  que no tenían tanta repercusión y tenía más libertad. La primera parte de la carrera tranquilamente y al final, si me sentía bien, podía ir a por todas.»

Háblanos un poco del día D, el campeonato del mundo en Dübendorf (Suiza). El circuito era muy rápido, para ciclistas potentes y, aunque pocas, las secciones técnicas eran complicadas¿Cómo se desarrolló?¿Qué sentiste?

«La última vuelta de la carrera fue muy dura ya que estuvimos compitiendo desde la salida hasta el final. En la penúltima vuelta recuerdo pensar y sentir que estaba muy cansada y que quizá ese no sería mi día. Sin embargo, al empezar la última vuelta me dije que debía pelear por el primer puesto y que debía aguantar hasta el último momento, traté de hacer las secciones técnicas primera. Recuerdo que en la última subida de barro siempre entraba segunda o tercera, y cada vez tenía que bajar de la bicicleta ya que no tenía la velocidad suficiente para llegar hasta arriba. Pero en la última vuelta dejé un espacio por delante para conseguir subirla. Si no lo lograba, hubiera sido sólo y únicamente mi culpa, pero lo logré y me coloqué detrás de AnneMarie Worst. En el último puente y en la última curva no me dejó entrar de primera, de modo que llegamos al sprint casi igualadas. Ahí lo di todo hasta el final y fui mejor.

No me creía que había ganado. Estaba pensando más en el cansancio y el dolor que en el hecho de haber logrado el título de campeona del mundo. Ahora, cuando veo imágenes o el vídeo de ese día regresa todo a la mente, cada curva, cada instante e incluso lo que pasaba por mi la cabeza. Al verlo, hay momentos en los que se me llenan los ojos de lágrimas. Fue un día realmente increíble del que tengo muy bonitos recuerdos.»

¿Ha cambiado tu vida después del mundial?

«Pues mi vida es casi igual. Lo que más ha cambiado es la atención que recibo: entrevistas, periódicos o radio. La gente en la calle me reconoce más, me miran, me paran y me comentan la jugada. Pero yo soy la misma persona; mis relaciones con amigos y familia siguen igual. También cabe destacar que desde República Dominicana hay cada vez más interés. Las personas se interesan y hablan de mi, antes no existía esa conexión.»

¿Cómo afrontarás esta nueva temporada?

«En abril comenzaré con la temporada de BTT, hasta los mundiales en junio. Después haré una corta temporada en ruta, para no perder ritmo de competición y la velocidad, para después empezar de nuevo en ciclocross. Referente al cx quiero defender los títulos ya ganados y me gustaría poder correr mejor que en la pasada temporada.»

El ciclismo femenino está en auge. ¿Cómo lo percibes?

«Creo que la UCI está haciendo pasos para equiparar las diferencias entre hombres y mujeres. Por ejemplo, las carreras duran entre 45-50 min en vez de 40 min. El salario aun no es igual, pero los premios se están igualando. Este año también vimos por primera vez los mundiales femeninos en la categoría junior. Aunque la intención está ahí, es un proceso lento que tendrían que agilizar y acelerar.

Sobre la mejora en el nivel del ciclocross femenino, por ejemplo cada vez hay más chicas que saltan las barreras, como un modo de reivindicación. De hecho, Sanne Cant, AnneMarie o yo misma sabemos brincarlo, pero como no hay la necesidad de hacerlo, no lo hacemos. Si las corredoras de delante empezaran a saltarlas, nos veríamos forzadas a hacerlo para no perder segundos. Pienso que cada año habrá más chicas que lo harán, y de aquí unos cuantos años será casi obligatorio. Pero es cierto que son altas, 40 cm. Los hombres tienen más fuerza y van más rápido, a nosotros nos cuesta un poco más. Pero sería bonito para el público y para decir que también podemos.»

Nuestra pregunta favorita ¿Una anécdota?

«Recuerdo la competición en Ronse (Bélgica), para la clasificación del DVV trofee. Fue un día bonito pero también de reflexión. Había vuelto de una semana de campamento de entrenamiento a un circuito de mucho barro y lluvia. Iba corriendo delante sola, destacada y cuando fui a cambiar de bicicleta habían tirado la mía al suelo y tuve que cambiarla yo misma. Lo hice tan calmadamente que AnneMarie me alcanzó. Corrimos juntas pero me volví a escapar, me caí en la última vuelta pero conseguí ganar. Fue un momento introspectivo en el que me di cuenta que había crecido tanto mental como físicamente en este deporte. Sentí que a partir de ese momento pocas cosas me impedirían llegar hasta donde yo quisiera.»

Fotos de: Sam Buchli , Brazo de Hierro

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