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Chris Hall: 107 millas al día durante el Tour de Francia

Mientras se realizaba el Tour de Francia hace apenas unos días, Chris Hall recorría al mismo tiempo un mínimo de 107 millas por día para concienciar al mundo sobre el Pace Centre, una escuela infantil para niños con trastornos de la motricidad.

El listón no se estableció al azar, ya que él tiene una conexión especial con el número 107. Históricamente, la organización benéfica brindó su apoyo y terapia a 107 niños, porque era la cantidad máxima de personas que podían cuidar. Además, esta ha sido la 107ª edición del Tour. Su primer desafío que involucró al Pace Centre ya se montó alrededor de ese dígito en particular, y desde entonces, ha sido el denominador común de la mayoría de sus desafíos. El número incluso está tatuado en su piel.

Similitudes y diferencias

Para honrar a la prueba francesa, quería completar el recorrido real del Tour de Francia, pero cuando se hizo evidente que las restricciones de viaje serían un impedimento, recurrió a su sentido creativo para planificar algo en el Reino Unido, y se le ocurrió la idea de llegar a la distancia deseada alcanzando los puntos más extremos (norte, sur, este y oeste) de la isla. La planificación no fue fácil, ya que no quería recorrer más de 107 millas (unos 172 kilómetros) cada día, pero tenía que terminar cada día en un lugar con alojamiento disponible.

Bajo el nombre de 107TDF, este proyecto comenzaría el mismo día que el Tour, con los mismos días de descanso que los profesionales más un día de descanso adicional, similar a la contrarreloj de los ciclistas en Francia.

El pelotón profesional tuvo que afrontar una de las ediciones más duras de la carrera, pero el clima del Reino Unido, además del hecho de correr esa distancia solo, hizo que ambas hazañas fueran igualmente desafiantes. El Reino Unido no es el lugar óptimo para montar en bici, y es habitual enfrentarse a un viento en contra constante que te saca de quicio y te hace pensar en tus malas decisiones. También hay que añadir la incertidumbre, porque Chris nunca había pasado antes por la mayoría de las carreteras de la ruta. En algunos puntos fue como adentrarse en lo desconocido, aunque ya había tenido en cuenta cualquier escenario posible.

Nunca solo

Ya desde el principio, Chris se sintió abrumado por la cantidad de apoyo que estaba recibiendo en las redes sociales pero también en la carretera, con ciclistas que se unían a él cada día y actuaban como refugio cuando era necesario porque, aunque durante los primeros días las piernas aún estaban frescas, cuantas más energías pudiera ahorrar para más tarde, mejor. Durante el transcurso de las tres semanas, se implementaron medidas más restrictivas en el Reino Unido, por lo que no todos pudieron acompañar a Chris al mismo tiempo. No obstante, puede contar con las manos el número de horas que rodó solo.

Piernas en alto, automasaje, foam-rolling… Al llegar a los distintos alojamientos, Chris se aseguró de iniciar el proceso de recuperación lo antes posible. Una vez más, todo cuenta cuando se habla de un desafío tan duro y largo. La única forma en que los ciclistas profesionales continúan pueden seguir rindiendo un nivel alto día tras día es por lo efectivos que son recuperando, por lo que cualquiera que intente hacer algo comparable debe tomar nota de ellos.

El día 4 llegó a Land’s End. Después de 5 días consecutivos recorriendo más de 107 millas, tomó su primer día de descanso. Este día de recuperación ya estaba planeado, debido a que la mayor parte del desnivel se concentraba en la primera semana. El «día fácil» adicional para los profesionales, la contrarreloj, fue en el penúltimo día de la carrera, pero Chris optó por mover este día a una fecha anterior.

La fatiga se acumulaba, pero estaba tan motivado como siempre después de ver cómo la gente seguía colaborando con sus donaciones. Para el segundo día de descanso, las donaciones superaron las 3.000£.

Continuamente mantenía a todos informados en las redes sociales, y uno podía sentir pena por él cuando explicaba todos los obstáculos que tenía que superar cada día. Sentados en casa y viendo el Tour, sus seguidores no podían ayudarlo con sus problemas mecánicos o empujarlo montaña arriba, pero había un flujo constante de mensajes de apoyo que mantenían a Chris en marcha.

Afortunadamente, el viento no siempre sopla en contra, y Chris pudo ahorrar algo de energía el día que entró en Escocia gracias a un viento de cola muy bienvenido.

La barrera de las 1.000 millas se superó en el décimo día del reto, que también fue una de las jornadas más duras. Fue admirable ver cómo, aún después de sufrir por el viento y las tormentas, siguió recalcando que lo hacía por una razón, y que si bien los niños del Pace Centre no tienen elección, él había escogido hacer esto.

Llegó al punto más al norte del Reino Unido el 12º día, donde respiró durante un instante antes de dirigirse en la dirección opuesta, rodando por algunas de las mismas carreteras por las que había pasado los días anteriores. Gradualmente, se dirigiría hacia el este y llegaría a Lowestoft Ness el penúltimo día. Mientras Tadej Pogacar y el resto de los finishers del Tour disfrutaban del desfile por los vacíos Campos Elíseos, Chris terminó su viaje lidiando con el ajetreado tráfico de Londres. Finales opuestos, pero con el mismo sentimiento de satisfacción.

En total fueron 3.609 km recorridos en 144 horas, con un desnivel acumulado de 38.100 m. Y la cifra realmente importante; a día de hoy son ya 11.823£ donados a la causa.

La presencia del número 107

Como comentábamos al inicio de este artículo, esta no fue la primera vez que el Pace Centre y el número 107 estuvieron presentes en los diferentes desafíos que Chris ha completado para crear conciencia sobre un tema determinado. En diciembre de 2016, Chris recorrió 107 kilómetros por día durante 107 días consecutivos. Al llegar el 1 de abril de 2017, había recorrido 11.449 km en bicicleta durante el invierno británico, con muchas horas en la oscuridad y bajo la lluvia. No tenía otra opción, ya que también tenía que seguir trabajando a jornada completa. Tres meses y medio de obligarse a pedalear más de 3 horas tienen sus consecuencias, pero al completar el objetivo logró concienciar sobre la causa a sus seguidores. En comparación con su último desafío, este “107 en 107” cubrió mucha más distancia, pero la mayor parte de la ruta fue en Londres, por lo que pudo sentir una sensación de seguridad o protección que no existía cuando durante el 107TDF circulaba por carreteras lejos de casa.

Otros retos

El año pasado, cuando era posible viajar sin restricciones, completó un viaje a través de Australia junto con su amigo y youtuber Francis Cade. De Perth a Melbourne a través del desierto de Nullarbor, se encontraron con la típica fauna australiana y tuvieron que enfrentarse al viento en contra en algunas de las carreteras rectas más largas de la Tierra.

Eso fue lo más comparable que hizo antes del 107TDF, ya que el número de días y la distancia acumulada es bastante similar. No obstante, las interminables carreteras llanas y el calor que identifican al país más grande del continente más pequeño son difíciles de encontrar en cualquier otro lugar del mundo.

Otros de sus logros incluyen viajar de Londres a París en menos de 24 horas y terminar varias competencias de ultradistancia. También ha participado en algunos eventos todoterreno como la Atlas Mountain Race o la Silk Road Mountain Race, por lo que probablemente lo verás en la lista de salida de cualquier evento próximo de ese tipo.

Para realizar tu donación a Pace Centre, consulta el siguiente enlace.

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