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Tracklocross Area 51 en Bogotá

Alrededor de 2009, siguiendo el ejemplo de otros países, se empezaron a ver por las calles bogotanas las primeras bicicletas de piñón fijo. La moda fixed se expandió rápidamente a otras ciudades del país y pasó a ser la cultura fixed. Durante los primeros años hubo varios eventos en el universo del piñón fijo. La mayoría ocurrieron espontáneamente, como los alleycats, pero también se dieron campeonatos de bike polo en algunas canchas públicas de micro fútbol, incluso grandes marcas se interesaron en ofrecer espectáculos con todas las de la ley como el Redbull Minidrome en Medellín, y hoy en día el país ya cuenta con un Campeonato Nacional de Bicimensajeros consolidado.

A pesar de popularizarse, los eventos siempre mantuvieron su carácter clandestino y de alguna forma cerrado: la dinámica social de los fixeros y bicimensajeros se asemeja más a la de una familia que a la de un grupo de amigos. Por supuesto, las redes sociales también han jugado un papel crucial en todo este desarrollo ya que son fuente de inspiración, lugar de entretenimiento y aprendizaje, medio de comunicación, archivo histórico y, sobre todo, punto de reunión de comunidades. Gracias a esto hoy vemos un universo mucho más expandido alrededor del piñón fijo que, además de la bicimensajería, comprende otras subculturas como el freestyle, los criteriums o el tracklocross.

Origen

La forma de armar los “parches” (planes para hacer) es muy orgánica y los lugares, fechas y horas de encuentro se comparten a través del voz a voz, por aplicaciones de mensajería instantánea o en historias de Instagram y videos de Youtube. En el caso del tracklocross Area 51, fueron dos amigos creadores de contenidos, El Cristian González y The Crazy Boy, que venían hablando de ciclismo desde antes de la pandemia y con esto lograron amasar una gran comunidad de jóvenes de barrios populares de Bogotá y alrededores. Sus videos son modestos, auténticos y muy divertidos, básicamente muestran a un grupo de amigos que se reúnen a pasarla bien.

Antes de la pandemia, en otro de los parches clandestinos que se organizaban en la capital, los dos fueron invitados a participar en un tracklocross en un lugar remoto al que llamaban Area 51. Este consistía en un gran potrero al lado de una carretera a las afueras de Soacha, al sur de Bogotá. Después de eso ellos siguieron curioseando con este deporte en otros lugares hasta que casi un año y medio después, un sábado al final de la tarde, decidieron organizar por whatsapp una carrera para el siguiente día y aparecieron 40 personas.

De inmediato vieron el potencial a organizar una carrera más grande y dedicaron otro par de capítulos más a la construcción de un trazado para dar paso a la convocatoria del primer evento masivo de tracklocross en Colombia. Su idea tomó impulso y se sumaron un par de socios con más experiencia en el mundo de los eventos, entre ellos el Gran Pez. Esto generó aún más expectativa pues aunque fue organizado en muy poco tiempo, la bolsa de premios superó incluso las de algunas carreras con inscripción.

El evento

Como cualquier parche clandestino, el punto y la hora de encuentro se publicaron el día anterior a la carrera. Así, el 29 de agosto, alrededor de 400 personas se presentaron dentro de los cuales había 100 corredores dispuestos a romperse la madre y llevarse al límite con tal de pasarla bien. El ambiente era bastante sano y relajado, pero rápidamente su carácter callejero se trasladó al Área 51. El trazado solo estaba delimitado por algunas barreras y cintas, pero estaba gobernado por una falta de autoridad aparente.

El trazado tenía alrededor de 1.5 km de longitud e incluía una trampa de lodo, una subida técnica, una recta sobre pasto y algunos saltos. Se corrieron mangas eliminatorias de cuatro participantes al estilo last-man-standing, donde los dos primeros de cada manga pasaban a la siguiente ronda. Una vez se decidieron los 4 finalistas se hizo una pausa para dar paso a la otra parte del evento, la competencia de salto en la que se premiaron dos categorías: salto más largo y peor caída. Esta fue sin duda la parte más divertida del día y pasó sin novedad alguna.La gente se reunió alrededor del salto, que consistía en una larga rampa y una meseta. Los corredores alcanzaron más de un metro de altura, algunos de ellos con éxito mientras que otros vieron el suelo de bien cerca. La gente estaba que desbordaba de alegría y animaban como si les fuera la vida en ello. El evento más lamentable del día fue un diente roto y algunos raspones en rodillas y codos. A pesar de que por ahora no abrieron categoría femenina, algunas chicas se midieron por su cuenta al hacer las partes más difíciles de la pista y, dada la participación, se incluirá en el siguiente evento.

Los organizadores ya tienen en mente planes de hacer más eventos como este y de expandir su alcance. La principal fuente de inspiración de El Cristian son los chicos de Mash SF y los tiene como ejemplo a seguir en cuanto a eventos, alianzas y buena onda. Así pues, el siguiente paso para ellos para alcanzar su sueño será conectar con la movida californiana e incluso la europea. ¿Y, por qué no organizar los campeonatos mundiales en algún momento?

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