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La Copa Catalana de Ciclocrós vista des del confinamiento

Después de unas cuantas semanas de confinamiento y a pesar de ver el proyecto de temporada ciclista cancelado, muchos son los que aún siguen entrenando sin descanso en casa. Sin embargo, los planes de entrenamiento han cambiando, ya que no se sabe cuando se retomaran las competiciones y, visto que costará volver a la normalidad, quizás la temporada 2020 de carretera y BTT se verá solapada por la de ciclocrós que empieza en otoño. Así pues, nos hemos tomado un tiempo para rememorar lo que fue la temporada de CX del año pasado en Cataluña (España), la cual se podría convertir en la nueva vía de escape para todos los ciclistas frustrados en casa.

Septiembre para muchos es un mes que no apetece, ya que significa el final de verano y el comienzo del frío y la lluvia. Pero, para unos pocos implica el comienzo de la tan ansiada temporada de CX que se extiende hasta finales de invierno. En Cataluña, una región situada entre el Mediterráneo y los Pirineos, para esos entonces ese ambiente ya se empieza a mascar: el olor a césped cortado, el barro, la arena, los tablones y los tubulares. Todos están deseosos de enfilarse un dorsal, escuchar el silbato de salida y ponerse a rodar a 180 ppm.

Un día en la copa catalana no es distinto a cualquier prueba de ciclocrós de alto nivel, aunque seguramente sí más familiar y amistoso. Este empieza con un domingo de madrugón, para llegar temprano al circuito y rodar unas vueltas antes de empezar. Algunos se lo toman con más calma y van el día anterior con sus furgonetas y caravanas, para así hacer del ciclocrós una excursión en familia y amigos. Luego, toca preparase, comer un poco, descansar, tener la bici a punto y elegir el juego de ruedas: ¿barro, mixto o seco? Primero corren los master 40, 50 y 60, que a veces se encuentran el circuito helado, luego van las chicas, los junior, cadetes e infantiles. Se hace un parón, y entran las promesas de 5 añitos que se divierten como nunca. Al final, a las 12h30 es la hora de los élite y sub 23, seguidos de los master 30, que son espectáculo y guerra garantizado. Todo esto en un ambiente agradable, donde caras conocidas se encuentran semana tras semana, amigos fuera del circuito, pero rivales durante una hora de pura explosividad y competición.

Este año, la Federación Catalana de Ciclismo organizó una copa que constaba de 14 pruebas, 3 de ellas internacionales en la categoría C2 (Les Franqueses, Manlleu y Vic), entre octubre y diciembre. La temporada empezó aún con los remanentes de verano, días calurosos, circuitos secos, polvorientos y repletos de piedras, al más puro estilo de XC. Sin embargo, a medida que entró el frío y la lluvia el paraje cambió y los tubulares de barro fueron ganando presencia en las carreras. Cada circuito es distinto y especial, con un rasgo que lo caracteriza: las subidas de Les Franqueses, el muro de Vic, el río de Santa Coloma de Farners, o las curvas infinitas de Sant Joan Despí. 

La Copa 2019 fue especialmente interesante por la incorporación de nuevos circuitos como la Seu d’Urgell, un circuito en pleno Pirineo y con praderas verdes, el Hospitalet de l’Infant, con metros y metros de arena de playa, y el DarkCross de Les Franqueses del Vallès por la noche. Otra noticia agradable de este año fue la participación de profesionales del ciclismo de carretera, como Marc Soler y Luis León Sánchez, o exprofesionales del MTB como Oliver Avilés y José Hermida. Estos protagonizaron actuaciones no discretas y se encontraron con una disciplina más desenfadada, distendida y familiar a la que pueden estar habituados. Además, no debemos olvidar la participación de profesionales del ciclocrós en las competiciones internacionales, como Felipe Orts que voló en las tres pruebas, Ismael Esteban repartiendo brea, Kevin Suárez, Dieter Vanthourenhout, Yannick Peeters o Tomás Misser.

La clasificación general de la Copa Catalana fue ganada por Albert Poblet, Marc Romero, Veerle Cleiren y Júlia Pujol, en las correspondientes categorías masculinas elite y sub23 y féminas elite y sub23. Por otra parte, los vencedores del campeonato de Cataluña, que se realizó el 22 de diciembre en El Morell, fueron Tomás Misser, Pau Costa, Veerle Cleiren y Júlia Pujol, respectivamente.

La perfecta culminación de la temporada fue el 28 de diciembre en les Franqueses, donde pudimos vivir una noche muy especial gracias a que tuvo lugar la primera edición (y esperemos que no sea la última) del DarkCross. Fue la primera carrera de CX nocturna organizada en España, la cual se desenvolvió en un ambiente totalmente festivo, rodeados de antorchas, luces, humo, niebla y música por doquier. Además, la gente se disfrazó con motivos navideños, luces en las bicis tales árboles de navidad, y se organizó un concurso de bunny-hop al más puro estilo “veldrijden”. En resumen, un auténtico homenaje al ciclocrós en su estado puro.

Ahora que lo recordamos desde casa, la temporada de ciclocrós en Cataluña nos dejó un muy buen sabor de boca. Nadie sabia en ese momento que ese seria el último periodo de competición durante un tiempo, y eso no significa que no la disfrutaramos al completo. Ahora solo podemos esperar y contar los días para volver a ponernos un dorsal. Aunque aún falta, quizás este año en Setiembre se retornará a la normalidad y el CX se convertirá en la disciplina en la que competir. En territorio catalán eso no será una excepción, y ya son muchos los que esperan a que empiece la temporada de nuevo.

Fotos de: Brazo de Hierro

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